En abril de este año, Noticias para Municipios pudo hablar sobre los llamados “Protocolos de la Vergüenza” con Alberto Reyero, exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid.

Durante esta entrevista, Reyero fue contundente: “Tenemos la certeza de que hubo un número considerable de gente que si hubiera sido derivada a un hospital, allí se hubieran podido recuperar, como es lógico“, señalaba sin ningún tipo de complejo.

Ahora, el exconsejero plasma en el libro ‘Morirán de forma indigna‘, como vivió esta situación en la que, cada día, cientos de ancianos morían en las residencias como consecuencia del que ya se conoce como “Protocolo de la Vergúenza”.

Así, Reyero, en primera persona, habla de la gestión de los geriátricos en esa época, realizando un “ejercicio voluntario de rendición de cuentas” y relatando la intrahistoria de cómo se tomaron aquellas decisiones.

“Unas medidas políticas establecieron que unas personas «con unas determinadas condiciones físicas no podían ser hospitalizadas“. Por ejemplo, «una persona por el simple hecho de ir en una silla de ruedas ya quedaba excluida para una derivación al hospital“, relataba a Noticias para Municipios hace tan solo unos meses.

Así, Reyero asegura que “alguien que ha tenido responsabilidades durante la crisis y que ha tomado decisiones durante la misma tiene el deber moral de compartir su actuación y de mirar a la cara a los ciudadanos“.

“Perdieron la vida cuando no les tocaba”

En este sentido, Reyero afirma que los ancianos “perdieron la vida cuando no les tocaba”, señalando que “tenían el mismo derecho a la atención médica que todos los demás”.

“Elevar la mirada hacia el futuro”

Por ello, asegura que ‘Morirán de forma indigna’ no solo es un documento político de primer orden sobre un episodio histórico “que aún sangra”, sino que “eleva la mirada hacia el futuro y los peligros que vendrán si seguimos ignorando nuestras responsabilidades”.

El periodista Manuel Rico ha realizado el prólogo de este libro en el que asegura que: “Miles de personas murieron de forma indigna. Es algo que debería avergonzar a cualquier sociedad. Ese mal ya no podrá ser compensado jamás, pero nos queda la obligación de honrar su memoria, de buscar la verdad y de exigir justicia. Los seres humanos se pueden agrupar de múltiples maneras, pero a mí me gustan las divisiones sencillas: hay personas que viven de forma digna y personas que se comportan de manera indigna. Este libro está escrito por una persona digna“, ha indicado.

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