Del 24 de septiembre al 22 de noviembre, “Hauntopolis” se muestra en la SALA B de forma virtual

FUENLABRADA/13 OCTUBRE 2020/ El Centro de Arte Tomás y Valiente (CEART) de Fuenlabrada ha estrenado la última exposición de Santiago Talavera, ‘Hauntopolis’.

Nacido en Albacete en 1979, Talavera es madrileño de adopción y actualmente vive entre Galicia y Madrid, ciudad esta última donde se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense. El eje central de su obra es el paisaje, prestando especial interés en la relación del humano con su entorno natural y los animales no humanos que en él habitan.

Talavera ha realizado esta muestra, compuesta por cuadros, instalaciones y video arte, expresamente para este museo fuenlabreño, que permitirá a los vecinos seguir disfrutando del arte que se muestra en el CEART, aunque sea de manera virtual, según ha destacado el Consistorio en una nota.

Comisariada por el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Castro Flores, la exposición ‘Hauntopolis’ indaga en el dibujo, la música y la pintura como actos de visión y especulación sobre una de las metáforas culturales más universales: la ciudad en un paisaje y comunidades imaginarios.

“Santiago Talavera es, sin ningún género de dudas, uno de los artistas más brillantes de su generación”, ha afirmado Castro. “Se trata de una exposición que tiene una enorme carga de conciencia crítica”, haciéndolo a través de “distintos medios y materiales”.

Santiago Talavera
Por su parte, Talavera ha manifestado que la intención con las piezas de esta muestra es “generar reflexión, potenciar la imaginación y trabajar con elementos que no sean comunes a la hora de establecer nuevas comunicaciones”, así como “compartir preocupaciones, esperanzas sobre el mundo que nos viene”. En este sentido, ha añadido que “a todos nos preocupa el futuro, a todos nos preocupa el mundo que estamos construyendo” y cree que “esta es una exposición hecha para la reflexión, para el pensamiento y también para la experiencia estética y sensible”.
Conformando una topografía en continuo crecimiento y movimiento, los escenarios imaginados quedan atravesados por presencias espectrales y nostalgia de un pasado que hubiera podido tomar otros caminos.

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