Los trabajadores invadieron el pleno a puerta cerrada acompañados por Leganemos y ULEG
- El pleno del Ayuntamiento tuvo que celebrarse a puerta cerrada tras las protestas de los trabajadores municipales de mantenimiento
- Uleg y Leganemos se fueron del pleno a puerta cerrada al no considerarlo legal ni ético.
- Los trabajadores invadieron el pleno a puerta cerrada acompañados por los ediles de Uleg y Leganemos con gritos como “vergüenza” y “privatización No”
Los trabajadores habían accedido al Salón de Pleno y, cuando no se cumplía el cuarto de hora, comenzaron a entonar cánticos como ‘Que no nos representan’ o ‘Paralización de la privatización’.
Tras varios avisos, el alcalde, el socialista Santiago Llorente, decidió celebrar el Pleno a puerta cerrada “por motivos de fuerza mayor”. Esta decisión provocó malestar en grupos de la oposición, como Leganemos, cuyos miembros espetaron al alcalde que diese la cara y solucionase el problema de los trabajadores de mantenimiento.
Este colectivo pide al Gobierno local (PSOE e IU) que retroceda el pliego que ha lanzado ya que supondrá una “privatización encubierta” y quitará responsabilidades a los trabajadores, algo que niega el Ejecutivo, que prevé que la empresa adjudicataria pueda asumir las urgencias que surgen en el servicio.
Con este panorama de fondo, los concejales se tuvieron que desplazar a la sala de Juntas del Ayuntamiento, a la primera planta, donde se aprobaron modificaciones presupuestarias y expedientes extrajudiciales de crédito.
“Esto es una vergüenza Santiago”
Aún así los trabajadores irrumpieron en el pleno a puerta cerrada. Leganemos y Uleg salieron del pleno al no estar de acuerdo con la forma de proceder del primer edil “un pleno tiene que se público y abierto” recriminaba Carlos Delgado a Santiago Llorente, el cual le afeaba la conducta “lo que queréis es la imagen de los policías sacando a los trabajadores del pleno”. Leganemos, tampoco en sintonía con lo que estaba haciendo se fue junto a ULEG de la mesa del pleno improvisado “lo que hay que hacer es sentarse con los trabajadores municipales y negociar”.
Minutos después, dichos concejales junto a los trabajadores municipales irrumpían en la sala con gritos como “que vergüenza Santiago” o “no a la privatización”.