Los investigadores creen que una dieta saludable “podría prevenir o limitar las patologías psiquiátricas con un componente de ansiedad”
MÓSTOLES/ 27 SEPTIEMBRE 2020/ Un estudio conjunto entre la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Universidad CEU San Pablo ha desvelado que las dietas ricas en grasas “potencian la ansiedad y el dolor”, por lo que una dieta saludable “podría prevenir o limitar las patologías psiquiátricas con un componente de ansiedad”.
La investigación, que ha sido publicada en la revista especializada ‘Neuroscience’, demuestra, en un modelo animal, que el dolor crónico se asocia con ansiedad y cambios en las concentraciones de clusterina, una proteína neuroprotectora, en la corteza prefrontal del cerebro.
“Las lesiones nerviosas que afectan al nervio ciático provocando neuropatía periférica y dolor crónico pueden causar al mismo alteraciones de la conducta y cambios neuroquímicos notables en la corteza cerebral”, según señalan la universidad en una nota, citando los resultados del estudio..
Por su parte, también una dieta con alto contenido en grasas potencia la ansiedad y el dolor, aunque de una forma más débil que no llega a incrementar significativamente la magnitud de los efectos provocados por la neuropatía.
Los resultados obtenidos son el fruto de una colaboración entre investigadores del Grupo de Neurofarmacología de las Adicciones y los Trastornos Degenerativos de la Universidad CEU San Pablo (NEUROFAN) y del Grupo de Investigación de Alto Rendimiento en Farmacología Experimental de la URJC (PHARMAKOM).
Los trabajos fueron realizados principalmente por la Dra. Carmen Rodríguez Rivera, en ambas universidades, y ha contado también con la participación de los profesores Rocío Girón, Eva Sánchez, Carmen González, Carlos Goicoechea y Luis Fernando Alguacil.
“Los hallazgos publicados en ‘Neuroscience’ refuerzan la idea de que una dieta saludable podría prevenir o limitar las patologías psiquiátricas con un componente de ansiedad y ayudar a mejorar el control del dolor”, explica el catedrático de Farmacología de la Universidad CEU San Pablo Luis Fernando Alguacil.
En cuanto a la neuropatía periférica, Alguacil afirma que “los resultados obtenidos abren también nuevas perspectivas terapéuticas basadas en la aparente acción neuroprotectora de la clusterina para este mismo tipo de trastornos de ansiedad que acompañan al dolor crónico”.

Modelo animal
Los investigadores han empleado un modelo animal con el fin de comprobar si la neuropatía y la obesidad se potencian entre sí para producir estos cambios, y si ellos afectan a la corteza prefrontal del cerebro, un área estrechamente implicada en la atención, la memoria, la toma de decisiones y el control de las emociones.
De acuerdo con la hipótesis de trabajo, “se observó que tanto una dieta rica en grasa como una lesión del nervio ciático incrementaban determinadas conductas relacionadas con la presencia de ansiedad y aumentaban el dolor inducido por estímulos mecánicos, si bien lo hacían de forma independiente”, añade Alguacil.
En este sentido, la neuropatía tiene “efectos muy potentes” y “llega a provocar una reorganización neuroquímica de la corteza prefrontal afectando a los niveles de clusterina, una proteína que parece movilizarse en un intento de limitar los daños cerebrales asociados al dolor crónico”, subraya.
Los grupos de investigación implicados comparten intereses en el campo del dolor y utilizan para su estudio técnicas complementarias, lo que ha posibilitado este proyecto conjunto con la financiación del Plan Nacional de I+D, el Banco de Santander y la Fundación Española del Dolor.

Trabajo Fin de Grado
“Ahora mismo lo que se hace es analizar en consulta la marcha del paciente bajo los criterios subjetivos de los médicos y con este dispositivo el análisis será mucho más certero y sofisticado”, ha explicado García, quien presentará su Trabajo Final de Grado en el mes de octubre.
El alumno insiste en que algunos pacientes cuando son examinados en consulta “se concentran y realizan una marcha mejor que en condiciones normales”, por lo que “con este dispositivo la idea es recoger los resultados durante su día a día”, lo que ofrecerá a los médicos “datos más cercanos a la realidad”.
“Mi madre, que es médica en el hospital Infanta Sofía, me comentó la necesidad de un dispositivo de estas características y me pareció buena idea centrar mi TFG en ello“, ha añadido García, quien admite que el proceso “se ha alargado más de lo que estaba planeado en un principio por la situación que atraviesa el país”.
Aún así, el trabajo ya se encuentra “en la recta final” y, si el tribunal da el visto bueno en octubre a su presentación del TFG,Martín obtendrá finalmente la titulación de ingeniero de Tecnologías Industriales por la Universidad Rey Juan Carlos.