OPINIÓN/30OCT/GETAFE _ Qué raro que hayan sido pocos los que hayan querido hacer un artículo de opinión en condiciones sobre el caso PSG. Los periodistas que lo han hecho han sido amenazados, y los políticos se han escabullido de una entrevista en profundidad sobre el tema. Ni siquiera algún que otro representante de los afectados, que llevan desde el principio en este follón ha querido sentarse a explicar mucho. Que raro todo, ¿no?
Mercedes Milá se ha paseado por nuestro pueblo haciendo reportajes sensacionales (y sensacionalista) de este caso que tiene mucha más miga que la que se cuenta. La miga de la miga, de la que no se habla.
David Moreno está cumpliendo cárcel, en cuerpo y en alma, desde hace mucho tiempo. Trabajé con él durante 2 años. Nunca me dirigió una noticia, ni se lo hubiera consentido, al menos yo. Cada reunión que tenía me la contaba (hasta donde podía, claro). Con quien comía, qué le decían, con quién se reunía. Yo no sabía de dónde sacaba los billetes de 500 euros enlazados con una goma, sólo que los extraía de su bolsillo para pagar cualquier tontería. Y todos nos preguntábamos, de dónde tanto.
Pero, hay que hacerse más preguntas. Hay que preguntarse cómo una persona que tan sólo ponía copas y hacía de seguridad en locales ha llegado hasta ahí. El parentesco con su primo y el robo de los documentos de su oficina, la idea de las cooperativas y quién le animó a hacerlo. Por qué tenía la firma de políticos en folios, por qué comía en lejanos restaurantes con ellos, por qué las grabaciones con Santos Vázquez que entonces era concejal de Urbanismo. Por qué tanto lío con la Comunidad de Madrid y sus diferentes Directores de Suelo con cambios de opinión, por qué a veces esos directores no quería ni hablar con Pedro Castro, qué le uniá con José Luis Moreno que luego tanto le desunió. Si Sánchez Coy viviera, lamentablemente no es así, podría contar muchas cosas. Él dio la clave desde el principio pero nadie le hizo caso. Eso también hay que preguntárselo. Porque David Moreno hizo la trampa, es verdad, pero hubo quienes le animaron (con comisiones bajo cuerda) y otros que le apoyaron y ayudaron. Pero claro, ¿cómo se demuestra eso si sólo fueron conversaciones?
Conversaciones de tú haz, y luego dame. Y todos los que estábamos trabajando allí, o en mensajería registral, o en los medios de comunicación que estaba financiando, o en la productora de televisión, la guardería, todos, sabíamos que eso no olía bien, pero no sólo por él, sino por todos los que le estaban mareando. Porque les salió rana y no fue discreto como lo han sido muchos otros, que han hecho y han dado.
No cuento nada que no se sepa, ¿verdad? Espero que los que están luchando por sus derechos, su casa, su dinero, su dignidad, por el sufrimiento de tantos años y tanta decepción, se den cuenta de que, aunque David Moreno esté en la cárcel a medias, está demasiado sólo.
SONIA BAÑOS