El artista Rafael Amargo ha acudido esta mañana a la Audiencia Provincial de Madrid para hacer frente a la acusación de un presunto delito de venta de sustancias estupefacientes. El bailaor va a ser juzgado por la supuesta venta de droga en su piso de Malasaña, una acusación frente a la que se opone al defender su inocencia. «Confío en la Justicia», ha dicho antes de que el juicio se suspendiera al haber renunciado uno de los acusados a su abogado.
De traje, camisa blanca y con un semblante serio, al artista le ha costado articular palabra ante la emoción y se ha limitado a señalar que es inocente ante las preguntas del medio centenar de periodistas congregados esta mañana frente a la sede judicial. Ante la avalancha de cuestiones por parte de la Prensa, el abogado defensor, Jaime Caballero, ha aclarado que no pactarán con la Fiscalía, quien ya en su día ofreció un acuerdo que rechazaron. Amargo afronta una pena de 9 años de cárcel por un delito contra la salud pública.

El juicio ha quedado finalmente suspendido, pero eso no ha evitado que Amargo haya denunciado a su salida que «el proceso está viciado desde el principio» para ocultar «otro tipo de cosas» y que «no hay nada» contra él. «Nadie ha dicho la verdad. En mi casa no había nada y se están ocultando otro tipo de cosas. Han puesto todo lo que había no sé dónde con la cara del artista», ha denunciado, lamentando el daño «tan grande» que está sufriendo su familia y sus hijos.
El bailaor ha mostrado su malestar porque lleva dos años y medio sin tener su pasaporte para poder trabajar. «Qué culpa tengo yo que lo estoy haciendo todo correcto. Hay cizaña sin sentido. Esto le está costando la vida a mi padre, que está agonizando en un hospital. Pido humanidad porque no se puede estirar más y pido por favor a la fiscal que sea profesional», ha recalcado.
Detenido y con prohibición de salir de España
El juez de Instrucción número 27 de Madrid es el responsable de la investigación que se ha llevado a cabo contra Rafael Amargo por un delito de tráfico de drogas y atentado a la autoridad.
Todo comenzó por una denuncia interpuesta el pasado julio por sus vecinos en relación a la presunta venta de droga en su piso de la calle Espíritu Santo de la capital. El artista fue detenido el pasado marzo en Alicante, quedando en libertad provisional. La jueza le impuso la obligación de comparecer quincenalmente en el juzgado y la prohibición de salida del país. Este arresto se suma a la detención del caso que se juzga ahora en la Audiencia de Madrid.
Este arresto no era el primero que sufría Amargo en los últimos meses por cuestiones relacionadas con la venta de drogas. El bailaor ya fue detenido el 1 de diciembre de 2020 junto a su pareja y otras dos personas en el marco de la ‘operación Codax’, cuyo nombre significa cuervo en latín y se apoda así por una imagen de Amargo de su Instagram en la que aparece con unas alas de esta especie de ave.

En su escrito de acusación, el fiscal solicita la misma pena para Juan Eduardo S.B., asistente de producción de Amargo, al actuar supuestamente de forma «conjunta» con el otro acusado en la compra y posterior distribución de dichas sustancias.
En su relato, el fiscal relata que, durante los meses de abril y diciembre de 2020, ambos «se venían dedicando de manera concertada y persistente a la distribución de sustancias estupefacientes, entre otras metanfetamina, a terceras personas a cambio de dinero».
Organización para la venta de drogas
Para llevar a cabo la venta de sustancias estupefacientes, según el relato de Fiscalía, los dos acusados adquirían la sustancia de manera «conjunta» a los distintos suministradores, para posteriormente repartirla entre ambos y venderla a terceras personas.
Así, el bailarín supuestamente vendía las sustancias estupefacientes a las personas que acudían a su domicilio de Madrid y en otras «hacía llegar la sustancia al lugar donde el cliente indicaba para lo cual se valía de su hombre de confianza, el también acusado Manuel Ángel B.L., otro de los socios de Amargo, a sabiendas de lo que portaba, después de hacer la entrega correspondiente, regresaba al domicilio para entregarle el dinero obtenido con la venta».

A modo de ejemplo, la Fiscalía relata que el 27 de abril de 2020, Manuel Ángel para quien pide seis años de prisión, fue sorprendido por la Policía cuando se disponía a entregar a un cliente, a cambio de 50 euros, una bolsita con sustancia que resultó ser metanfetamina; sustancia que había recogido minutos antes del domicilio de Amargo, «donde debía regresar para entregar el dinero».
Asimismo, a raíz de los dispositivos de vigilancia que se establecieron sobre su domicilio, los policías nacionales pudieron observar «cómo acudían numerosas personas que, tras acceder al mismo y permanecer en el interior escasos minutos, salían nuevamente de manera apresurada, procediendo los agentes a identificar a dos de ellas, interviniendo sustancia estupefaciente que se había adquirido en dicho domicilio, levantándose las correspondientes actas de aprehensión».

Dentro de la investigación que se estaba llevando a cabo en el Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid se autorizó la entrada y registro en los domicilios de los acusados. En el caso del bailaor, los agentes intervinieron 3 botes conteniendo sustancia Popper (nitritos de alquilo), una bolsita conteniendo sustancia que resultó ser feniletilamina con un peso neto de 0,089 gramos y un frasco conteniendo 6 mililitros de GBL con un valor en el mercado de 314,19 euros en su venta por gramos.
En el caso de Juan Eduardo, los agentes hallaron un bote conteniendo sustancia que resultó ser metanfetamina, con un peso neto de 4,466 gramos y una pureza del 76,4%, con un valor en el mercado de 115,67 euros en su venta por gramos; una bolsita conteniendo sustancia que resultó positivo a ketamina, con un 50,4% de pureza; y MDMA con una pureza del 6,9% con un peso neto total de 0,185 gramos con un valor en el mercado de 18,5 euros en su venta por gramos.