El futuro arquitectónico de la estación de Madrid-Chamartín Clara Campoamor ya está definido. El proyecto, que lleva por nombre ‘Chamartín ecosistema abierto’, destaca por aunar tres elementos arquitectónicos clave: las bóvedas, las terrazas y tres torres de oficinas.
La propuesta presentada por Esteyco, UNStudio y b720 Arquitectura se ha hecho con la mejor puntuación del jurado, por lo que previsiblemente se adjudicará el contrato de hasta 24,5 millones de euros, una vez validada la documentación y aprobada por el consejo de administración de Adif en las próximas semanas. Con esta elección, destacan desde Adif, «se apuesta por una estación abierta que promueve el diálogo entre la ciudad y el ferrocarril».
El diseño elegido se conjuga con la historia de la estación madrileña y las inversiones que ya está abordando la empresa pública en la estación para duplicar la capacidad de la alta velocidad y el vestíbulo de viajeros, ordenar flujos, facilitar la conexión con otros transportes urbanos, maximizar vías y andenes destinados a Cercanías y la red de media y larga distancia y su conexión con el aeropuerto.
Terrazas, torres y bóvedas
Según Adif, la propuesta ganadora «respeta la memoria histórica de Chamartín», recuperando las bóvedas como elemento singular e identificador de la estación, al mismo tiempo que los balcones urbanos (terrazas escalonadas) generan permeabilidad con la ciudad como prolongación de los parques situados a ambos lados del complejo.
La solución arquitectónica mantiene la tipología de marquesinas individuales en los andenes y da prioridad a la visión directa entre los andenes y la ciudad. De esta forma, en parte, se traslada la representatividad de la estación a los edificios no ferroviarios, las tres torres, que alojarán oficinas y tendrán una gestión patrimonial independiente del resto del complejo.
«Desde los edificios –a modo de vigilantes atalayas del ferrocarril– se podrá disfrutar del tren, mientras que los viajeros sentirán que han llegado al corazón de una ciudad próspera, moderna y acogedora», defiende.
La propuesta ha obtenido por unanimidad la puntuación más alta de los nueve diseños finalistas presentados por las principales firmas de ingeniería y arquitectura del mundo, y valorados por un jurado integrado por 16 miembros.
Conexiones con todo tipo de transporte
En el nuevo complejo de Chamartín habrá dos terminales polivalentes, que podrán ser utilizadas con flexibilidad. El proyecto, además, realiza una conexión intermodal con el intercambiador, con acceso por Agustín de Foxá, hacia otros modos de transporte: taxi, Metro y movilidad activa (peatones, bicicleta, patinete).
«La estrategia de sostenibilidad responde al criterio de una infraestructura adaptable e inclusiva: accesible, digitalizada, logística de última milla y diseño urbano, pensada para el peatón y la movilidad de proximidad», detallan.
Desde Adif han recordado, además, que se acometerá la conexión con el aeropuerto Madrid Barajas (en licitación) y la incorporación de espacios destinados a nuevos modos de transporte limpio. En estos momentos se avanza también en la cobertura de su haz de vías de 200.000 m2, que soportará el gran parque de la operación Crea Madrid Nuevo Norte.
Las actuaciones desarrolladas por Adif AV representan una inversión de más de 1.000 millones y responden a los desafíos de la liberalización del transporte ferroviario de viajeros y «a un modelo de movilidad más sostenible, inteligente e integrado, en torno al ferrocarril y con el foco en el viajero y el ciudadano», explican.
La independencia de las piezas que forman parte de la nueva estructura «permite un plan de obra faseado y ejecutable de forma flexible, acompañando a las necesidades ferroviarias», destacan en Adif.