Desde hace décadas la industria petroquímica lleva siendo una de las más importantes del sector industrial. Es la rama de la química que estudia la transformación del petróleo crudo y del gas natural en diferentes productos o materias primas de interés y utilidad.
Esa transformación se lleva a cabo en las refinerías, mediante cambios físicos y químicos, para conseguir hidrocarburos ligeros, medios y pesados (gasolina, diésel, queroseno, asfalto, etc). Los hidrocarburos son productos que deben manejarse en altos volúmenes para facilitar sus costes logísticos. Por ello es fundamental el papel de eslabones esenciales para su manejo como son los tanques de almacenamiento.
¿Qué son los tanques de almacenamiento?
Estos tanques son estructuras de grandes dimensiones y diferentes formas, que están especialmente pensadas para contener líquidos, gases o vapores y evitar derrames, así como para reducir el riesgo de daños o roturas. Cumplen la importante triple función de almacenar derivados petrolíferos o productos químicos de manera segura para los trabajadores y el medio ambiente.
Por otro lado, los tanques son también esenciales para grupos empresariales como Grupo Hafesa. Este Grupo dispone de plantas de almacenamiento, que cuentan como elemento fundamental con este tipo de contenedores para hidrocarburos.
En concreto, la red de plantas de Grupo Hafesa dispone de cuatro instalaciones en España (Motril, Bilbao, Gijón y Ocaña) y 36 tanques disponibles. En conjunto superan los 410.000 m3 de capacidad, lo que equivale a alrededor de 164 piscinas olímpicas. A esta red se sumará próximamente una nueva planta en Ferrol, que aportará 12 tanques más. Con ella, el Grupo contará una capacidad total de 500.000 m3 para el almacenamiento de hidrocarburos.
La fabricación de los tanques se puede realizar con distintos materiales. Los más habituales, y los que ofrecen un mayor nivel de seguridad, son el acero, la fibra de vidrio o el polietileno. Cada uno de ellos ofrece ventajas en cuanto a aspectos como resistencia a la corrosión u oxidación, capacidad de soportar altas temperaturas, aislamiento de la superficie, protección contra diferentes tipos de radiación o facilidad de limpieza.
¿Cuáles son los principales tipos de tanques de almacenamiento?
A la hora de almacenar hidrocarburos se pueden encontrar distintos formatos de tanques diseñados para mantener los productos en las condiciones más seguras. En la actualidad los tipos de tanques de almacenamiento más utilizados son tres:
- Tanques con techo fijo, atmosféricos o a presión: depósitos utilizados para almacenar líquidos a presión. Se fabrican en formato cilíndrico o esférico. Pueden llegar a generar situaciones potencialmente peligrosas, como resultado de la posible explosión de los vapores contenidos. Por ello, es importante el material y el diseño que se utiliza para fabricarlos.
- Tanques con techo flotante: estructuras equipadas con un techo de lámina de acero flexible que se adapta al nivel del líquido, permitiendo que exista expansión y contracción de presión dentro del tanque. Reducen el riesgo de incendio, aportando seguridad a las instalaciones donde se ubican, a la vez que generan un menor impacto medioambiental.
- Tanques GNL: utilizados principalmente para el almacenamiento de gas natural licuado. Cuentan con recubrimientos especiales para productos peligrosos como el metano y deben estar conectados a un sistema eléctrico para controlar la temperatura interior (alrededor de -170ºC) y no permitir la formación de hielo.
Los tanques de almacenamiento y Hafesa
Para Grupo Hafesa las plantas de almacenamiento son una apuesta estratégica que le permite garantizar y suministrar con eficacia los hidrocarburos a sus clientes. Generan, además un valor diferencial con relación a otros operadores. Dentro de las plantas, el elemento fundamental son los tanques de almacenamiento, que se gestionan con las adecuadas medidas de seguridad y protección al medio ambiente. Gracias a los tanques de almacenamiento, el Grupo tiene la capacidad de adaptarse a las variaciones de la demanda y aportar flexibilidad a las operaciones, siempre garantizando unas condiciones óptimas en el producto.