El desempeño de los azulones en Villarreal evidenció una falta de energía fundamentada en el cansancio provocado por la acumulación de partidos

GETAFE / 23 DICIEMBRE 2019 / Tras un mes y medio sin ser derrotado por ninguno de los ocho rivales a los que se había enfrentado, caer doblegado ante un Villarreal que demostró meritoriamente su capacidad para imponerse, ha generado efectos inocuos en la moral getafense.

Los de Bordalás han completado un 2019 en el que se ha logrado mucho más de lo que el más optimista de los aficionados le hubiese exigido y eso pesa mucho más que la nunca bienvenida derrota. En especial, afectaban para el último encuentro unos cuatro meses de  esfuerzo encomiable para no dejar de ser competitivo en ninguna de las tres competiciones disputadas hasta el momento.

Reunidas estas circunstancias, era lógico y esperable que en algún partido el Getafe no mostrase su mejor rendimiento, lo que afortunadamente se ha dado justo antes de que la plantilla pueda tomarse unos días para renovar energías y motivación de cara a los próximos retos.

Tras el partido en la localidad castellonense, Bordalás reconoció que los suyos no estuvieron en el grado habitual de fortaleza: “El de hoy no ha sido nuestro mejor partido. Hemos concedido más de lo que viene siendo habitual en nosotros”, afirmaba el técnico alicantino, que mencionó la “fatiga” como causante de la gris imagen presentada.

No gustaron las decisiones arbitrales

En segundo plano, Bordalás mostró diferir del criterio con el que el árbitro señaló acciones que pudieron haber afectado a la resolución del choque.

En concreto, la razón principal de su queja fue la decisión por la que el árbitro sacó la segunda tarjeta a Olivera, cuando previamente se había dado una acción en la que el entrenador azulón pedía falta a su favor. También haría referencia a dos posibles penaltis: uno sobre Damián debido a un codazo interpretable como agresión y otro más tarde a Mata, por un agarrón que le impidió realizar un mejor remate de cabeza.

Por encima de todo, para Bordalás si quedó patente la superioridad de su rival, de la que no pudieron dar respuesta en el segundo tiempo al sentirse lastrados por la inferioridad numérica, que sucedería pocos minutos después de encajar el gol que supuso la derrota.

Nueve días libres

Una vez el equipo terminó de disputar el choque liguero, no se ahn vuelto a ejercitar. Hasta el 31 de diciembre, los ‘muchachos’ de Bordalás intentarán despejar el estrés generado por el exigente calendario, que en 2020 empieza con dos fechas señaladas bastante atractivas: El Real Madrid visitará El Coliseum para cerrar la primera vuelta y la apertura de la segunda se dará mediante el ‘derbi’ ante el Leganés en Butarque.

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