La acogida de la implantación del llamado ‘quinto contenedor’, el marrón, el de residuos orgánicos, está siendo todo un éxito y ya son cientos los vecinos que se han acercado a una de las numerosas carpas ambulantes instaladas por la ciudad a recoger su tarjeta electrónica con la que abrirlos y sumarse así al proceso de reciclaje.
El objetivo de la Empresa de Servicios Municipales (ESMASA) es que cada vez más y más vecinos vayan sumándose a este proceso para evitar que millones de kilos de residuos orgánicos que se generan anualmente en la localidad acaben en el vertedero.
Pero, ¿cuál es el objetivo final de este proyecto? ¿Por qué separar el residuo orgánico del resto de residuos que en un principio iban al contenedor naranja, a la fracción de resto? ¿Qué se hará realmente con todos estos residuos que ahora van al contenedor marrón?
Nos lo adelanta Atilano, uno de los trabajadores de ESMASA que lleva semanas recorriendo los barrios del municipio para enseñar el proyecto: «La idea que hay en la empresa es, en unos meses, montar una propia planta aquí de compostaje y con todo el residuo, con lo que generemos, utilizarlo como abono en los parques y jardines del pueblo, y así contribuir a la economía circular».

Economía circular
«Ahora mismo, cuando no funcionaba este contenedor, lo que se estaba recogiendo era unas 45.000 toneladas de resto al año«, asegura Atilano. Es decir, actualmente el antiguo contenedor naranja, el de la fracción resto, recogía cerca de 45.000 toneladas de residuos al año, algo que se espera reducir sustancialmente con el nuevo contenedor.
Los cálculos que hace actualmente la empresa pública es que, con la implantación de estos nuevos contenedores, se reste al antiguo contenedor naranja «entre 8.000 y 15.000 toneladas de este producto», con lo cual «sería un número de toneladas que no irían al vertedero y a la par, se tratarían y se utilizarían para abono».
«Son entre 8.000 y 15.000 toneladas que no irían al vertedero, que no hay que pagar al vertedero, y además lo que se produce es abono»
«Son entre 8.000 y 15.000 toneladas que no irían al vertedero, que no hay que pagar al vertedero, que no es gasto de llevar ese transporte al vertedero, porque la planta se quedaría aquí en Alcorcón, el trayecto sería mucho más corto y además lo que se produce es un abono que se va a utilizar para los parques y jardines del pueblo«, añade Atilano.
En este sentido, desde la empresa insisten en que gracias a este quinto contenedor, los restos que generan los vecinos, «se tratan y se devuelven una vez más al pueblo para poder disfrutar luego de parques y jardines».

«Hay un ahorro importante, por supuesto, porque ya no hay que comprar el abono fuera, sino que lo estás produciendo tú mismo, con los residuos de los vecinos que voluntariamente se han apuntado y así de esta manera contribuimos a la economía circular y evitar que sigamos contaminando el planeta, que ya de por sí está bastante mal», ha añadido Atilano.
Pero la clave de bóveda de todo este proceso de economía circular que van a seguir nuestros residuos orgánicos una vez que entran en el contenedor marrón es el proyecto de construcción de una planta de compostaje propia en la localidad, algo que ya está muy avanzado.
Una planta propia
La empresa pública tendrá su propia planta de tratamiento de residuos para reciclar el residuo orgánico recogido en los contenedores marrones de la ciudad, transformándolo en compost con el que abonar los parques y jardines municipales.
Lo hará gracias a la financiación de 105.000 euros procedentes de los fondos europeos Next Generation, que dará la capacidad de reciclar, con medios propios, todos los residuos orgánicos que se produzcan y se recojan en la localidad.
«La planta de tratamiento podrá procesar hasta 8.000 toneladas anuales, lo que significa a su vez millones de kilos de abono natural»
Según los primeros estudios, la planta de tratamiento podrá procesar hasta 8.000 toneladas anuales, lo que significa a su vez «millones de kilos de abono natural para usar en los jardines de nuestros barrios».
«Actualmente, el Ayuntamiento tiene que pagar por cada tonelada de basura que lleva al vertedero. Si logramos que la mitad de lo que depositamos en el contenedor naranja (el resto) se recicle en el contenedor marrón, imaginad las toneladas de residuos que dejaremos de pagar», han resaltado desde Esmasa.

Además, evitar los desplazamientos de los camiones a otros municipios (actualmente se desplazan hasta el vertedero de Pinto), implica también un importante ahorro de costes en gasolina, en gas y también, claro, en emisiones a la atmósfera.
«Cambiamos la relación con nuestros residuos, considerándolos recursos que, además, usaremos aquí, en Alcorcón«, añaden desde la compañía pública, insistiendo en el concepto de economía circular.
Por último, aunque no menos importante, este proyecto también abre una ventana de oportunidad para generar riqueza y empleo en el municipio, a la vez que se avanza hacia una relación con los residuos compatible con nuestro planeta.
Composteras comunitarias
Paralelamente al proyecto del ‘quinto contenedor’, desde ESMASA también recuerdan que desde hace varios meses se han instalado en la localidad cerca de una decena de composteras comunitarias o áreas de compostaje comunitario.
Estas instalaciones se conforman por tres cajones de madera para el depósito de los residuos orgánicos y un cajón con estructurante (material vegetal triturado) que añadir sobre los residuos para facilitar el proceso natural del compostaje.

«En las composteras sois las vecinas y vecinos quienes os encargáis de transformar los residuos orgánicos en abono. ¿Cómo? Volcando los residuos, mezclándolos con el estructurante, hidratando la mezcla con agua…», explican desde la compañía pública, que ofrece formación para la utilización de estas plantas y a echar una mano cuando sea necesario.
«En las composteras sois las vecinas y vecinos quienes os encargáis de transformar los residuos orgánicos en abono«
Una vez el proceso de compostaje se completa, transformando los residuos en recursos, desde la empresa pública se reparte el abono resultante entre las personas que participan en cada una de las composteras.
Actualmente, en Alcorcón existen un total de nueve áreas de compostaje comunitario, situadas en las siguientes ubicaciones: Parque Darwin, calle de La Luna, Plaza de Brasil, Plaza de Orense, Avenida de Viñagrande, Avenida del Oeste con Avenida de las Retamas y Plaza Ondarreta. Para consultar la ubicación exacta se puede consultar la siguiente página: https://esmasalcorcon.com/composteras/.

Con este proyecto previo, sumado al último de los contenedores marrones, se complementa todo el proceso de economía circular de los residuos orgánicos del municipio. «Así, por ejemplo, si un día vais con prisa para tirar la basura, podéis tirar la bolsa con los residuos orgánicos en el contenedor marrón más cercano a vuestra casa; y otros días con más tiempo los lleváis a la compostera comunitaria«.