Dos conocidos locales de ocio nocturno, situados en plena Avenida de Portugal, dentro del casco urbano de la localidad de Móstoles, están haciendo imposible el descanso de los vecinos, quienes además viven con miedo después al sentirse amenazados por denunciar públicamente a estos dos establecimientos.
Estos dos locales, el café-bar D’ Orion y, sobre todo, la discoteca Bel Air, emiten música y espectáculos hasta altas horas de la madrugada. El problema que denuncian los vecinos ya no es solo el ruido ambiente y el jaleo que provoca el trasiego de gente a altas horas de la madrugada. Lo verdaderamente molesto es que sus casas están justo encima de las discotecas y no paran de vibrar durante la noche.
«Yo, por ponerte mi caso en particular, vivo en un tercer piso, y es un tercero alto. Yo tengo noches que es que retumba hasta la cama. La mesa con un cristal de vidrio vibra. Imagínate mis vecinos que viven en el primero o en el segundo. Es insufrible», señala a Noticias para Municipios Amaya Vázquez, una de las vecinas afectadas por el ruido de estos dos locales.

Amaya es vecina del bloque de Cervantes, 3 -el que está justo encima de los locales de ocio- desde hace unos dos años. Al principio, con motivo de la pandemia y el cierre de este tipo de locales, no tomó conciencia de lo que algunos de sus vecinos más antiguos llevaban años sufriendo. Cuando comenzaron a reabrir los locales, no daba crédito: «Me encontré con este horror absolutamente dantesco».
«En cuanto empecé a hurgar un poco pues empezaron a salir papeles, papeles y más papeles que se remontan incluso hasta casi 9 años atrás, en el año 2014, que fue cuando empezaron a dar batalla algunos vecinos y bueno el número de sonometrías de Policía que hay es pavorosa», afirma esta vecina, que se ha erigido como la representante de estos vecinos, muchos de ellos ya cansados de tantos años de lucha.
90 decibelios hasta las 5:30 AM
Los dos establecimientos en cuestión disponen de licencia de actividad en vigor: como a café-teatro el local D’Orión y como restaurante con espectáculo el local Bel Air, ambos con licencia de apertura de 17.00 horas a 5.30 horas, según ha contrastado Noticias para Municipios.
«Tienen una licencia de lo más laxa que te puedes imaginar. A nivel de tipología de licencia, lo que tienen concedido es lo que puede tener Fabrik, una discoteca poligonera que está en mitad de un polígono industrial de Humanes, que es donde deberían estar estos dos», insiste Amaya, quien nos recibe en una cafetería del centro, alejada de la Avenida de Portugal, ya que no quiere ser vista con la prensa en el barrio.
«Tienen una licencia de lo más laxa que te puedes imaginar. A nivel de tipología de licencia, lo que tienen concedido es lo que puede tener Fabrik«
En efecto, ambos locales, con la licencia que tienen concedida, están autorizados a emitir música y espectáculos en el local hasta altas horas de la madrugada y con un límite de 90 decibelios. Lo que comunmente catalogaríamos de discoteca.
«Nosotros ahora mismo estamos en un local que es una cafetería. En qué cabeza cabe, si aquí tu encima tienes dormitorios, ¿tú le vas a conceder a esto 90 decibelios en emisión y hasta las 6 de la mañana?«, lamenta esta vecina, que reitera que el problema es que la licencia les permita esos decibelios, cuando están debajo de las viviendas.

Además, explica que, al tratarse de «edificios muy antiguos, en origen muy humildes», no tienen capacidad ni dinero «para certificar en condiciones una insonorización que aislara esos 90 decibelios que están emitiendo hasta las seis de mañana, pues la obra de ingeniería sería incalculablemente cara».
«Es ruido estructural, es ruido por impacto, cualquier persona, juristas, expertos en este tema y por supuesto ingenieros acústicos te podrán explicar esto más en detalle. No es ruido que únicamente se propague por un medio aéreo, es que es por contacto de objetos, la estructura misma el esqueleto mismo del edificio vibra y eso que se propaga es lo que nos llega. No se puede ni describir con palabras», reitera Amaya.
Peleas y altercados
Pero ya no solo es el ruido estructural de las dos discotecas lo que violenta el descansar de los vecinos. Los residentes en la zona, tanto los que viven encima de los dos locales, como los de los alrededores se llevan meses quejando también de las peleas y altercados que se producen a la salida de las discotecas, «cuando empiezan a salir más cargaditos -de alcohol- y empiezan a merodear por allí entre las cuatro y las siete de la mañana».
«Hemos visto de todo. Una agresión a una mujer, se han pegado, pero salvajemente puñetazos, golpes, terrible. Una noche, una especie de rencilla, una jauría de ellos empezó a arremeter contra la fachada del garito, empezaron a tirar botellas, les reventaron todos los cristales», denuncia Amaya, quien asegura que los vecinos intentan evitar a esas horas por la zona.
«Hemos visto de todo. Una agresión a una mujer, se han pegado, pero salvajemente, puñetazos, golpes, terrible«
Otro vecino, que prefiere mantener el anonimato, nos comenta a las puertas del local que hace unas semanas incluso «le dieron tres puñaladas a un hombre» justo en esta zona, de madrugada. El suceso ocurrió el 16 de septiembre pasado en la calle Severo Ochoa, donde un hombre de 54 años resultó herido grave este sábado a causa de una agresión con arma blanca, tal y como informaron esa noche desde Emergencias 112 Comunidad de Madrid.
«Esto fue muy grave, pero todos los fines de semanas tenemos aquí a la Policía. Salen del local, muy borrachos y por cualquier cosa ya tienen montada la pelea. Y claro, acaban despertando a todo el vecindario», añade este vecino, quien tiene miedo de seguir hablando con los medios porque ya han sido «amenazados».
Además, hace hincapié en que, entre las 4 y las 7 de la mañana, casi todas las madrugadas del fin de semana, tienen que desplegar tres o cuatro patrullas de Policía, lo que significa que los agentes están «en un porcentaje altísimo dedicados en exclusiva a la seguridad de estos locales durante esas noches». «Qué contraten seguridad privada, si no saben mantener el orden», se queja.
«Para ellos es más fácil o más correcto poner en exclusiva a una tajada enorme de los Cuerpos de Seguridad de Móstoles entre las 4 y las 7 de la mañana que revocar unas licencias que ya de origen son infames«, añade en la misma línea Amaya, quien también reconoce que han sufrido «amenazas por parte del entorno de estos locales».
El portal atacado
Aunque no tiene pruebas para denunciar una causalidad directa, esta vecina nos cuenta que el portal en el que viven, en la calle Cervantes 3, fue atacado «al día siguiente» de emitirse en televisión «uno de los reportajes más minuciosos que nos han dedicado».
«Fue el 24 de junio, sino estoy equivocada, y nos apareció destrozado el techo. Habían violentado unas tuberías, los buzones, reventaron el cristal. En fin, una serie de cosas que llaman mucho la atención, desde luego. Esto es ya la tercera parte de la historia, que no puede ser más pornográfico», lamenta Amaya.
«En el portal, nos apareció destrozado el techo. Habían violentado unas tuberías, los buzones, reventaron el cristal«
Aunque se han planteado en numerosas ocasiones llevar el asunto a los tribunales, los vecinos admiten que la comunidad no tiene dinero suficiente para plantear un pleito de este tipo, ya que, entre otras cosas, los propietarios de esos locales, que forman parte de la comunidad, llevan «casi 10 años sin pagar la cuota».
«Partiendo de la premisa de que son bloques muy humildes, estamos absolutamente esquilmados precisamente por casi una década de impagos de comunidad de estos dos locales. Tú me dirás, con la deuda enorme que hay, es un proceso muy caro, es muy costoso, es algo muy técnico que no se puede dejar en la mano de cualquier abogado. Ya cualquier proceso judicial es caro, pero este lo es mucho más», admite Amaya.
Harta de toda la situación, y de que nadie ponga solución a este «infierno», Amaya y algún otro vecino han llevado el caso al Defensor del Pueblo. El organismo liderado por Ángel Gabilondo les contestó hace unos días y ha hecho varios requerimientos al Consistorio.

Toque del Defensor del Pueblo
En una de las contestaciones, a la que ha tenido acceso Noticias para Municipios, el Defensor del Pueblo asegura que los locales denunciados cuentan con licencia otorgadas en los años 90, pero que «no se observa que se haya procedido a realizar visitas de inspección en su interior y sin previo aviso, a fin de comprobar que el aislamiento y la insonorización de los mismos se ajusta a la normativa, más aún cuando son los vecinos de viviendas colindantes los que manifiestan sufrir ruidos insoportables en sus domicilios cuando entran en funcionamiento«.
Sobre la medición de los ruidos, el Defensor del Pueblo señala que analizadas las actas levantadas por la Policía Local y el informe del ingeniero técnico, se desprende que «los vecinos no han permitido las mediciones en sus domicilios porque se iban a hacer en un momento en el que no se percibía el ruido molesto de los locales de ocio en sus viviendas, pese a que habitualmente sí soportan dichas molestias».
Por ello, pide que se realicen las mediciones, «con y sin previo aviso a los titulares de los locales de ocio nocturno, a fin de verificar que se cumple la normativa ambiental en todo momento y ocasión, para lo que también resulta preciso que los vecinos facilitan a la Administración los días y las horas que se producen las máximas molestias para poder medir en sus viviendas, con garantías de objetividad».
Además, el Defensor del Pueblo ha solicitado al Ayuntamiento de Móstoles una ampliación de información sobre las cuestiones expuestas sobre el funcionamiento de los locales de ocio y las mediciones sonométricas que han de realizarse, tanto en la actividad como en las viviendas afectadas.

El Ayuntamiento actúa
El concejal de Seguridad Ciudadana y portavoz del PSOE, Álex Martín, reconoció en el último Pleno municipal, celebrado a finales de octubre, que estaban recopilando toda la información para contestar a la carta del Defensor del Pueblo, la cual «está llena de inexactitudes», seguramente por «falta de conocimiento» de las actuaciones se han llevado a cabo por parte del Consistorio.
«Estamos finalizando un informe pormenorizado desglosando el contenido de las Ordenanzas, por ejemplo, para responder al Defensor del Pueblo«, añadió Martín, quien hizo hincapié en que «se han realizado mediciones acústicas en multitud de ocasiones», a requerimiento de los vecinos, y que se ha sancionado a los locales cuando han incumplido la normativa.
En su contestación al Defensor del Pueblo, desde el Ayuntamiento insisten en que los técnicos municipales han llevado a cabo la inspección de los locales en numerosas ocasiones, a fin de comprobar si se ajustan a las condiciones técnicas autorizadas en la licencia de actividad en vigor.

El resultado de las inspecciones ha sido que «no existen modificaciones sustanciales en estas actividades», que «no existen huecos por los que pueda existir una transmisión del ruido al ambiente exterior» y que, además, «disponen de vestíbulos acústicos de acuerdo con la Ordenanza«.
Además, aseguran que el propio local ha instalado «sistemas de autocontrol del nivel sonoro», de forma que vigila que «el nivel sonoro máximo que emite el equipo de música no supera los 90 dBA máximos exigibles en un local de tipo 3», como son los locales del caso que denuncian los vecinos.
«Existe una alerta por parte de Policía Municipal, para realizar nuevas mediciones acústicas cuando los denunciantes lo autoricen»
Independientemente de las medidas correctoras requeridas a los titulares de las actividades, desde el Consistorio recuerdan también que existe «una alerta por parte de Policía Municipal, para realizar nuevas mediciones acústicas cuando los denunciantes lo autoricen», pero que «para ello es necesario, el acceso a las viviendas afectadas».
En este sentido, fuentes municipales reiteran que se han realizado numerosas comprobaciones del aislamiento acústico, que realizan situando «una fuente normalizada de ruido rosa» en el interior del local, a puertas cerradas, y realizando una serie de mediciones en la vivienda receptora.
Además, insisten en que las mediciones acústicas realizadas por parte de Policía Municipal para el control acústico de las actividades, «se realizan siempre sin previo aviso, durante el funcionamiento habitual de la actividad y en el horario en el que se produzca la mayor incidencia de ruido, de acuerdo con la declaración del denunciante«.
«Por lo tanto, es imprescindible el acceso a las viviendas colindantes a los locales, para poder determinar el valor del aislamiento acústico global del establecimiento«, han añadido desde el Consistorio, donde vuelven a hacer hincapié en que algunos vecinos se han negado a abrirle las puertas a la Policía para realizar las mediciones.
