Los Suaves no llegaron a un Eric Sardinas espectacular en ‘Cultura Inquieta’
Fuzz calentó el ambiente, pero fue Eric Sardinas el que levantó a un público ansioso por escuchar buen rock en una jornada que tenía que haber sido para Jeff Beck. La baja de este artista por enfermedad hizo que Los Suaves le sustituyeran, sin mucho tino en el día de ayer.
CRÓNICA INQUIETA / Ayer el tendido de la plaza de Toros de Getafe no era el mismo que cualquier otro día en Cultura Inquieta. Se notaba el daño que había hecho la baja de Jeff Beck del Festival. Apenas le dio tiempo a la organización a reaccionar ante este contratiempo, ya que el más importante del cartel no hacía gira. Los Suaves fueron anunciados con poco tiempo para que sus seguidores pudieran movilizarse, y eso se notó. No había mucha gente, pero la que había tenía muchas ganas de escuchar buen rock.
Fuzz, con su sonido de Rock Clásico, abrió el telón. La hora, al ser aún de día, no le daba el ambiente necesario para inhibirse en esa oleada de sonidos apasionados, aunque le daban un toque perfecto para los talleres que rodean el escenario.
Eric Sardinas se plantó con su inimitable atuendo en medio del escenario y dió un buen golpe de guitarra. Buena música, de la de verdad, de la que se siente dentro y hace que te levantes del sitio. Incendiario, provocativo, consiguiendo la conexión de un público atento y crítico, llenó de entusiasmo la actitud de los buenos rockeros. Sardinas, que ya había estado en el Hospitalillo de San José (Getafe) en 2012 volvió a dejar encantados a quienes ayer querían sentir el rock por sus venas. Lo consiguió, era “el puto amo” como le gritaban desde el público.
Los Suaves llegaron después. Lo tenían todo para que el público saliera encantado de la plaza. Tenían a la gente más que calentita después de Eric Sardinas, la noche ya era cerrada y las ganas de ver a esta banda legendaria era palpable. Sin embargo, no pudo ser. Las letras de Los Suaves, míticas, inconfundibles, no se entendían con una voz demasiado quebrada. En medio de canciones tan fabulosas como “Si Pudiera”, donde la gente quería gritar “quién no hizo alguna vez locuras por una mujer”, paraba la música para que el tendido se girara a ver la luna. Que era bonita, pero se convirtió en la protagonista de un concierto roto una y otra vez. La banda sonaba igual pero Yosi no estaba, o al menos ya no era el que cantaba “Dolores se llamaba Lola”.
Aún así hay que quitarse el sombrero por esta banda que sigue arrastrado a sus fans. Teloneros de Los Ramones en sus días de gloria e indispensable para el rock nacional. Yosi, enfermo desde hace más de 3 años, dio ayer todo lo que pudo en el escenario. Haberlo hecho después de un soberbio Eric Sardinas hizo que las carencias se notaran más. Aún así: Larga vida a Los Suaves.
Crónica / Sonia Baños
