Las nuevas tecnologías, como el Big Data y la inteligencia artificial, se han unido en el Hospital de Villalba para ayudar a la salud de los vecinos de las diferentes poblaciones de la Sierra de Guadarrama. El centro sanitario villalbino ha elaborado un mapa de riesgo cardiovascular que define, mediante algoritmos, la probabilidad de que los pacientes de la zona sufran un infarto, una angina de pecho o una muerte súbita en los próximos años gracias a un modelo predictivo que recoge datos clínicos y demográficos.
El Dr. Jesús Fernández-Tabera, director de Continuidad Asistencial del Hospital Universitario General de Villalba, explica que este mapa se decidió poner en marcha «porque es un problema de salud relevante en los países occidentales, es la primera causa de morbimortalidad en los países desarrollados». Se ha puesto especial énfasis en este tipo de acciones porque la pandemia Covid-19 ha dejado «un poco aparcada» todo lo que supone la prevención y los buenos hábitos cardiosaludables, señala.
El modelo predictivo se vale del Big Data y la inteligencia artificial para extraer las conclusiones y lo hace a partir de datos demográficos, principalmente, y datos clínicos: edad, género, antecedentes de hipertensión, colesterol, diabetes o hábitos tóxicos como el tabaco, junto a si se hace ejercicio físico o no.
Municipios con pacientes de riesgo
El Hospital de Villalba ofrece atención sanitaria a más de 115.000 habitantes de la zona noroeste de la Comunidad de Madrid. En concreto, atiende a los vecinos de Collado Villalba, Alpedrete, Moralzarzal, Cercedilla, Navacerrada, Los Molinos, Becerril de la Sierra y Collado Mediano.

La conjunción de toda la información recabada de cada uno de los pacientes ofrece un valor según las escalas para evaluación de riesgo cardiovascular y es posible saber en qué poblaciones de la Sierra de Guadarrama hay un mayor porcentaje de personas con riesgo de un evento cardiovascular e, incluso, en qué centro de salud o a qué médico están adscritos.
«Tenemos un mapa de todas las poblaciones que vienen al Hospital y con unos puntos y tamaños que se definen en función del riesgo cardiovascular. Hay focos calientes, que son zonas determinadas con mayor riesgo porque son zonas más envejecidas, porque tienen una concentración de patologías ligadas al envejecimiento, y esos son puntos calientes. Vemos, por ejemplo, Cercedilla, Navacerrada o Los Molinos, como puntos totalmente rojos. Analizando la situación detrás de ello vemos, la mayor parte de las veces, que se trata de zonas rurales con población mayor. Está vinculado a datos demográficos, al envejecimiento de la población fundamentalmente».
En la zona de la Sierra de Guadarrama las áreas con más riesgo cardiovascular son los núcleos rurales, donde hay gente mayor, o los barrios o centros de salud de los que depende una población muy envejecida, explica el doctor. En Villalba, por ejemplo, destaca como mayor área con personas en riesgo cardiovascular «la zona la Collado Villalba Estación, donde se concentra más población con mayor riesgo» por cuestiones demográficas. «Es un dato crudo que luego hay que analizar, que luego nosotros procesamos de acuerdo a diferentes algoritmos y con el que luego podemos llegar, incluso, a nombre y apellidos del paciente y su médico correspondiente».

Así se calcula el riesgo de evento cardiovascular
Esta labor de prevención es algo que se venía haciendo, destaca Fernández-Tabera, sobre todo en el ámbito de Atención Primaria, y que ahora se recupera en el Hospital de Villalba compartiendo objetivos, sumando esfuerzos, aprovechando las nuevas tecnologías y el impulso que la pandemia ha dado a la salud digital.
«Utilizando los datos que obran en nuestra historia clínica sobre los pacientes que han pasado por nuestro hospital, que compartimos con Atención Primaria, hacemos una valoración del riesgo cardiovascular con escalas y algoritmos y eso clasifica a los pacientes con un riesgo bajo, medio o alto. A los que tienen un riesgo alto, le subimos a su portal del paciente una serie de recomendaciones sobre hábitos saludables. A su vez, por mi parte como director de Continuidad Asistencial, me comunico con Atención Primaria con el listado de pacientes que hemos detectado que tienen un cierto riesgo de padecer un evento cardiovascular de acuerdo a las valoraciones que hemos realizado».
«Digamos que son datos agrupados por la población de referencia del Hospital y, luego, desagregados por centro de salud, por médico y paciente. Así, personalizamos ya las recomendaciones según el tipo de paciente», e, incluso, para poder realizarles pruebas añadidas con el fin de controlar su evolución, señala Fernández-Tabera.

Entre los consejos generales que se pueden ofrecer para reducir ese riesgo de sufrir un episodio cardiovascular están los de mejorar los hábitos saludables, ejercicio físico, y dieta, pero no son los únicos. También es necesario efectuar un control de factores de riesgo, detalla el doctor, como la hipertensión, controlada si es necesario con tratamiento farmacológico, el colesterol, o si se es diabético. «No hablamos de factores de riesgo aislados o enfermedades, hablamos del paciente en conjunto y suelen ser pacientes con unos años y varias enfermedades, como pueden ser arritmias, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica o una insuficiencia cardiaca, y que además ha sido fumador. Con esos pacientes es con quien hay que adelantarse, proactivamente, a lo que puede ser un evento cardiovascular en cinco o diez años».
Los pacientes que quieran conocer el riesgo que tienen de sufrir un episodio cardiovascular lo pueden hacer directamente a través del portal del paciente del Hospital de Villalba. Aportando los datos referidos a edad y valores de salud, el software le devuelve un valor de riesgo y, de manera automática, una serie de recomendaciones al respecto.

Objetivo: prevenir
Este tipo de herramientas que pone en marcha el Hospital de Villalba entraría dentro de una estrategia dirigida a prevenir y a promoción de la salud. «Son actividades preventivas que siempre han caído en el ámbito de la Atención Primaria, pero que con el paréntesis de la pandemia, muchas quedaron un poco apartadas, como ocurrió con el Deprecam, el Programa de Diagnóstico Precoz de Cáncer de Mama».
Ahora se vuelve a retomar e impulsar, dándole un aire más innovador y compartiendo información ya que, «la mayoría de estos pacientes que acuden de urgencias y hospitalización son pacientes que acaban con una insuficiencia cardiaca, un infarto… Y es la causa más frecuente de motivo de consulta en el ámbito de Atención Primaria. Ya cuando derivan al Hospital, llegan con eventos cardiovasculares. Lo que tratamos es de evitar es que lleguen en esta situación de evento cardiovascular al Hospital».

El uso de Big Data se está planteando ya para otro tipo de temas relacionados con la salud y la prevención, explica el director de Continuidad Asistencial del Hospital villalbino. «Esto supone un cambio de paradigma: hemos pasado de una medicina pasiva de esperar al paciente sentado a que te llegue a la consulta a algo más proactivo, donde te adelantes tú, con muchos datos que tenemos, para que aporten un valor añadido a la salud en nuestra población».
Ahora se ha comenzado con lo más importante y prevalente, como es la enfermedad cardiovascular, detalla el doctor, aunque «también lo estamos haciendo con osteoporosis y otras enfermedades con factores de riesgo, como para determinados cánceres«. Es el caso del cáncer de próstata: «analizamos cuáles son el PSA, que es el marcador que se utiliza para un paciente que acude a consulta con síntomas prostáticos, y cuál es la evolución de ese marcador en diferentes análisis a lo largo del tiempo. Si hay una tendencia al alza en ese paciente y se suman otros factores de riesgo en el cáncer de próstata, podemos identificarlo y actuar en ese momento. Unimos el Big Data, la inteligencia artificial y el tratamiento de datos con la salud digital y usamos las nuevas tecnologías con el portal del paciente, o a través de Atención Primaria, para intervenir precozmente con ese paciente».