Piden que se investigue una presunta negligencia médica después de que el niño falleciera 24 horas después de haberle dado el alta
MÓSTOLES/ 28 JULIO 2020/ La familia del bebé de un año fallecido el miércoles pasado en el Hospital Universitario de Móstoles ha interpuesto una denuncia ante la Policía Nacional para que se investigue una presunta negligencia médica dado que el menor fue dado de alta en las Urgencias pediátricas, a la que acudió con dolor abdominal, un día antes de perecer.
En la denuncia, los progenitores relatan que acudieron un día antes del fallecimiento del menor a las Urgencias del centro con fuerte dolor abdominal y fiebre pero que, a los 45 minutos, se le dio de alta con una receta de administración de analgésico.
La madre del lactante fallecido relata a los agentes en su denuncia que no se le realizó “ninguna radiografía ni ecografía” durante su estancia, incluso “manifestándole que el menor podría haberse tragado algún juguete u otro objeto de sus hermanos mayores”.
Luego y al ver que el menor no mejoraba, al día siguiente se dirigieron al centro médico de Navalcarnero de nuevo con mismos síntomas pero se les indicó que, debido al protocolo por el Covid-19, no lo podían atender y que desde el centro llamarían a la Pediatra de Urgencias.
Ya en Urgencias pediátricas, la familia relata que hasta las 8.45 horas, desde las 6.55 que entraron, no se le realizó una ecografía y que sobre las 10 horas iban a llevarle al 12 de octubre, pero entró en parada respiratoria tres veces antes de ser derivado, con resultado de muerte.
En la denuncia, los padres manifiestan que después de ser estabilizado en la primera parada cardiorrespiratoria que un médico manifestó que al menor “se le habían reventado las tripas”. La familia sospecha que padecía una peritonitis (infección) aguda que no fue detectada en la primera visita y quieren que se investigue ese extremo
El Hospital Universitario de Móstoles ha avanzado que ha abierto un estudio interno para esclarecer la denuncia, “un procedimiento habitual” cuando se produce una muerte “excepcional” y la familia reclama una revisión de la actuación sanitaria, además de que “se está colaborando en todo momento con la familia”, facilitándoles “toda la información que solicitan”.
Primera visita
En una primera visita al Hospital, el parte médico recoge que se atendió al menor por dolor abdominal sobre las 6:36 horas y se especifica que, al presentar fiebre de 38,5 grados, se le administró paracetamol.
Sin embargo, se exponía que el menor estaba bien hidratado y alimentado, con buen aspecto y sin “signos de dificultad respiratoria”, que no presentaba signos patológicos y que el bebé no mostraba dolor a la palpación superficial ni profunda en el abdomen, ni tampoco signos de irritación peritonal.
Por este motivo, se procedió a dar el alta al niño a las 7.20 horas de ese mismo día, ya que se trataba de fiebre de corta evolución con buen estado general y se recetaba ibuprofeno.

Regreso al Hospital
Sin embargo, al día siguiente tuvieron que regresar al mismo centro sanitario dado que el menor presentaba esta vez “vómitos en cada toma de leche y continuaba teniendo fiebre”.
En esta segunda ocasión, los médicos observaron que, aparte del dolor y distensión abdominal, el bebé presentaba “taquicardia y presencia de gas extraluminal que inducían a pensar en signos de neumoperitoneo”, por lo que fue ingresado en la UCI y se contactó con el Hospital 12 de Octubre para su derivación.
Sin tiempo a ser trasladado al 12 de Octubre, el estado de salud del menor empeoró, por lo que fue intubado, entrando en parada cardiorrespiratoria en dos ocasiones hasta su fallecimiento ese mismo día.
El segundo parte médico emitido por el Hospital recoge que el menor padecía “taquicardia supreventricular, sospecha de obstrucción intestinal con neumoperitoneo secundario, infiltración pulmonar, acidosis metabólica y sospecha de sepsis de origen abdominal”.