Los investigadores han puesto en su punto de mira algunos grupos de alimentos que contienen hierbas aromáticas o los productos sin gluten
MÓSTOLES/ 2 FEBRERO 2021/ Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) han puesto en marcha un nuevo proyecto, Evalkalim, cuyo objetivo principal es el desarrollo de nuevas metodologías analíticas para proporcionar información sobre la presencia de tóxicos naturales en alimentos comerciales.
Los investigadores han puesto en su punto de mira algunos grupos de alimentos que contienen hierbas aromáticas o los productos sin gluten, que pueden tener “toxinas naturales”, un grupo importante de contaminantes orgánicos “que aparecen con frecuencia en los alimentos vegetales”, destaca la URJC en una nota.
Entre estas toxinas se encuentran algunos alcaloides nitrogenados que se sintetizan como metabolitos secundarios por muchas plantas, es decir, son aquellos que generalmente actúan como un mecanismo de defensa frente a condiciones climáticas adversas, al ataque de depredadores o a enfermedades de la planta.
Entre todas las familias conocidas de alcaloides, los tropánicos, pirrolizidínicos y opiáceos han recibido un creciente interés en los últimos años, ya que “se ha descubierto una presencia relevante en numerosos productos que se utilizan en alimentación humana y animal”, aseguran los investigadores.
El estramonio, la mandrágora, la belladona, la borraja o el senecio son algunas plantas productoras de alcaloides que crecen habitualmente como malas hierbas entre los cultivos de muchos cereales, legumbres, hierbas aromáticas y tés.
Por este motivo, partes de estas plantas o sus semillas pueden encontrase como impurezas en las cosechas, por lo que “si los niveles de contaminación son elevados pueden producirse importantes cuadros de intoxicación aguda y toxicidad crónica a largo plazo”, recalcan.
Gracias a los métodos analíticos desarrollados en el Grupo de Investigación en Química Analítica Aplicada a medioambiente, alimentos y fármacos (GQAA-MAF) de la URJC se ha podido constatar la presencia de niveles importantes de alcaloides pirrolizidínicos en 22 muestras comerciales de orégano.
También se han encontrado la presencia de alcaloides tropánicos en algunas harinas y semillas sin gluten como el trigo sarraceno, sorgo, mijo y teff.

Además, algunos de estos alcaloides pirrolizidínicos se clasifican como sustancias posiblemente carcinógenas para el ser humano y se requiere de técnicas de preparación de muestra que permitan mejorar la selectividad y sensibilidad para detectar estos alcaloides en productos alimenticios.
Las autoridades sanitarias han hecho hincapié en la necesidad de disponer de herramientas metodológicas que permitan recopilar más datos sobre los niveles de estos contaminantes en mayor número de alimentos y poder así avanzar en el establecimiento de una legislación europea necesaria para su correcto control.
“Es fundamental seguir reuniendo datos sobre su presencia en alimentos comerciales para poder estimar la ingesta real de los mismos por parte de la población y encontrar soluciones más efectivas que permitan reducirla”, ha añadido Sierra, principal impulsora del proyecto Evalkalim.