Agentes de Vigilancia Aduanera han intervenido en Madrid y en las localidades madrileñas de Móstoles, Leganés y Getafe 30 máquinas expendedoras en las que se distribuía hachís y cogollos de marihuana.

Las máquinas en las que se ofertaba el estupefaciente son idénticas a las de tabaco y llevaban en funcionamiento apenas tres meses bajo una falsa apariencia de legalidad, según ha informado la Agencia Tributaria, que ha contado con el apoyo de las respectivas policías locales para llevar a cabo el operativo.

La operación se ha saldado con un detenido y otras cuatro personas investigadas. La investigación comenzó a finales de enero cuando fue detenido en Madrid el encargado de recoger un envío de marihuana y resina de hachís que provenía de Italia.

Como consecuencia de esta investigación, instruida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Coslada, se ha imputado al detenido y a los responsables de las empresas que comercializaban estos productos supuestos delitos de contrabando y contra la salud pública.

Cajetillas

En el vehículo del detenido fueron encontradas numerosas cajetillas con cogollos de marihuana y, una vez interrogado, reconoció a los funcionarios que la droga era para rellenar máquinas expendedoras en Madrid y en ciudades cercanas.

Detenida en Carabanchel cuando transportaba en una furgoneta 858 plantas de marihuana
Transporte de 858 plantas de marihuana (Foto: Policía Municipal Madrid/Archivo)

En los días siguientes la investigación permitió conocer que en un gran número de establecimientos del centro de Madrid, especialmente tiendas de alimentación, y en locales de Móstoles, Leganés y Getafe, se encontraban unas máquinas en las que se ofertaban cogollos de marihuana y resina de hachís.

Vigilancia Aduanera solicitó la colaboración de las respectivas policías locales para poder proceder al precintado inmediato de las máquinas.

Las cajetillas

Según las mismas fuentes, las cajetillas intervenidas tenían el mismo formato y dimensiones que las de tabaco e incluso en ellas se incorporaba un texto para dar al producto una falsa apariencia de legalidad ante el consumidor incluyendo por ejemplo una referencia a la ley española que adapta la normativa interna del convenio de Viena de Naciones Unidas de 1961 en materia de estupefaciente.

Las cajetillas señalan el artículo 9 de la ley, que exceptúa de una serie de restricciones a aquellos cultivos de cannabis que se destinen a fines industriales y que no tengan principio activo estupefaciente (el tetrahidrocannabiol, THC).Para reforzar el mensaje las cajetillas señalan que el producto “carece del principio activo estupefaciente” pero a continuación se reconoce que sí tiene THC en un porcentaje inferior al 0,2 por ciento y añade que “este producto es 100% legal para uso de coleccionismo” y “está prohibido para su consumo”.

Los análisis de laboratorio han constatado la existencia de THC, el psicoactivo del cannabis tanto en los cogollos de marihuana como en la resina de hachís intervenidos, lo cual implica que se trata de estupefaciente, con independencia del porcentaje de esta sustancia, de acuerdo con las autoridades sanitarias y judiciales y la convención de la ONU en la materia.

Corresponsal de Noticias para Municipios, Europa Press en la zona Sur de Madrid

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