La Policía Nacional cuenta ya con los primeros 85 agentes formados para portar en Madrid las pistolas eléctricas tipo táser dentro de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR) y de otras encargadas de la prevención o restablecimiento del orden y la seguridad ciudadana.

Los inmovilizadores eléctricos se han comenzado a repartir en Madrid entre los 85 agentes de la UPR y de otras unidades de seguridad ciudadana tras ser habilitados como operadores de este tipo de dispositivos, según ha informado la Policía Nacional en su cuenta de Twitter.

La Policía Nacional ha recordado que todos los agentes que integran la Red Nacional de Especialistas de Armamento y Tiro están habilitados como instructores para formar a otros policías en su uso.

Diferentes sindicatos policiales han reaccionado respaldando la dotación de inmovilizadores eléctricos, una antigua demanda del colectivo. JUPOL, el sindicato mayoritario, ha comentado que «todavía son muy pocas» y ha pedido que se repartan «de forma generalizada», sobre todo a las radio patrullas.

Medios de «defensa»

«Los medios de defensa intermedios llegan poco a poco a las unidades», ha comentado el SUP en su cuenta de Twitter, recordando que piden tanto pistolas táser como porras extensibles, además de una «formación adecuada que aumente la seguridad en intervenciones y se minimicen los daños».

La Policía municipal de Madrid y de otros municipios también usarán estas armas no letales.

El pasado 26 de abril, el director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo, garantizó en la Comisión de Interior del Congreso que no distribuirían pistolas eléctricas tipo táser sin su correspondiente cámara de grabación para supervisar su buen uso y evitar «daños innecesarios a los ciudadanos».

En concreto, apuntó que los inmovilizadores eléctricos se habían empezado a distribuir por unidades especializadas como el GEO o los grupos de seguridad ciudadana de las jefaturas superiores, citando las plantillas de Madrid, Sevilla, Alicante o la Línea de la Concepción (Cádiz), entre otras.

Pardo informó de que ya se habían entregado las primeras 150 pistolas táser a la Policía Nacional y que la Guardia Civil cuenta con la misma cifra de estos dispositivos, en ambos casos con cámaras de grabación.

«Estamos siendo muy cautos porque nos preocupa mucho que haya una formación adecuada de acuerdo al protocolo de uso, que se haga con el máximo de garantías y no se produzcan daños innecesarios a los ciudadanos», señaló.

Estas armas pueden ser muy efectivas para determinadas intervenciones donde se requiere una fuerza no letal. En octubre de 2019, por ejemplo, un agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional consiguió reducir a un hombre de origen magrebí que mantenía retenida durante cinco horas a una mujer en una vivienda del barrio leganense de La Fortuna.

David G. Castillejo

Corresponsal de Noticias para Municipios, Europa Press en la zona Sur de Madrid

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