Casi una de cuatro mujeres adultas en España, un 21,7 por ciento concretamente, reconoce haber sufrido alguna agresión sexual a lo largo de su vida, según datos de la ‘Encuesta sobre cuestiones de actualidad: la violencia sexual contra las mujeres’ publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La cifra representa en torno a 3,5 millones de mujeres.
El estudio revela también que casi un 80 por ciento de españoles conoce a una mujer que ha sido agredida sexualmente: un 35,1 por ciento de españoles en su círculo familiar o de amistades; un 27,2 por ciento en la zona donde vive, en su vecindario; y un 17,5 por ciento en su lugar de trabajo o estudio.
En todo caso, un 65,8 por ciento de españoles atribuye que haya más noticias sobre agresiones sexuales a que salen más casos a la luz frente a un 26,7 por ciento que entiende que han aumentado estos delitos.
Sin embargo, más del 74 por ciento cree que las mujeres que sufren una agresión sexual no lo denuncian casi nunca (15,2 por ciento) o lo hacen en pocas ocasiones (59,2 por ciento). Respecto a las que sí denuncian, un 22,1 por ciento cree que esperan mucho tiempo a denunciar, frente a un 37,5 por ciento que creen que esperan algo, pero no demasiado.
¿Por qué no se denuncia?
Sobre las razones por las que no denuncian, un 45,1 por ciento sitúa en primer lugar el miedo al agresor; un 15,5 por ciento el miedo de la víctima a que no la crean; y un 15,7 por ciento la vergüenza.
Pero además, el miedo a que la víctima no sea creída se sitúa como la segunda razón más importante, señalada con un 22,1 por ciento, por delante del miedo al agresor. Además, un 13,5 por ciento sitúa el desgaste emocional del proceso judicial como segundo motivo por el que las víctimas no se animan a denunciar.
Se trata de una de las encuestas monográficas que realiza periódicamente el CIS sobre «cuestiones de actualidad», en este caso la violencia sexual contra las mujeres. El trabajo de campo, más de 2.500 entrevistas telefónicas, se realizó entre los días 20 y 25 de enero, tres meses después de la entrada en vigor de la ley impulsada por el Ministerio de Igualdad.
Respecto al motivo por el que algunos hombres agreden a las mujeres, un 12,2 por ciento cree que la principal causa es que tienen problemas mentales, mientras que un 10,6 por ciento lo achaca a falta de educación y carencia de motivos y valores; un 8,3 por ciento a un bajo nivel educativo; y el mismo porcentaje lo atribuye a sentimientos de poder, superioridad y derechos; un 7,2 por ciento no encuentra ningún motivo; y un 5,8 por ciento lo atribuye al machismo, misoginia y rechazo a la igualdad de género.
Escenarios de las agresiones: hogar y ocio
Un porcentaje similar de españoles, en torno al 40 por ciento opina que los lugares donde con más frecuencia se producen agresiones sexual son o bien el hogar o bien lugares de ocio nocturno, fiestas y festivales.
Por otro lado, un 20 por ciento de españoles cree que no debe ser castigado por ley obligar a la pareja a mantener relaciones sexuales no deseadas, aunque lo vea inaceptable. Casi la mitad, un 48,8 por ciento, no ve tampoco punible hacer comentarios y sugerencias de tipo sexual no deseados a una mujer. Un 28,2 por ciento tampoco castigaría besar a una mujer de forma no deseada y un 9,4 por ciento opina lo mismo en caso de tocamientos a una mujer de forma no deseada. Además, 1,1 por ciento de españoles no castigaría dar de manera deliberda alcohol o drogas a una mujer, sin que ella lo sepa, para poder mantener relaciones sexuales.
Respecto al acoso sexual, una gran mayoría incluye las presiones para obtener favores sexuales a cambio de mejoras laborales, los abrazos o besos no deseados en el trabajo, tocamientos pellizcos o acorralamientos. Sin embargo, entre el 15 y el 20 por ciento no considera que sea acoso pedir reiteradamente relaciones sexuales sin presiones ni amenazas, preguntas privadas sobre la vida sexual, gestos o miradas obscenas, piropos ofensivos o insinuaciones o indirectas sexuales.
Por otro lado, un 42,4 por ciento de españoles ve inaceptable hacer comentarios ofensivos o embarazosos en Internet sobre alguna persona pero cree que no deben ser castigados por ley, frente al 44,1 por ciento que se inclina por castigarlo. Además, un 6,6 por ciento cree que estas actitudes son aceptables en algunas circunstancias.