Avanza paso a paso la investigación que el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid realiza por el crimen que acabó con la vida de Pilar M., vecina de Carabanchel cuyo cuerpo se encontró a principios de marzo en una escombrera de un pueblo de Toledo. A resultas de la investigación policial, fue detenida el 3 de marzo Marta C., de 34 años, vecina de la víctima.
Hoy se ha sabido que un informe psicológico de imputabilidad ha descartado que la mujer que mató, desmembró y calcinó el pasado marzo a su vecina en su piso de Carabanchel sufra algún tipo de trastorno mental que le exima de responsabilidad penal.
Lo más novedoso en el caso es un informe psicológico de la imputada, confeccionado por la Clínica Médico Forense, que indica que «no concurre elemento que disminuya la imputabilidad». Este peritaje judicial se realiza para valorar las aptitudes de una persona que se relacionan con la responsabilidad penal. En el caso de que se determine que hay una enajenación mental, al investigado se le aplicaría una eximente completa que le dispensa de la carga penal.

Las partes están a la espera de un informe de autopsia que determinará si se califican los hechos de homicidio o asesinato.
Incineración por partes de los restos mortales
En su declaración, la joven mantuvo que la víctima se cayó de espaldas en su vivienda y se golpeó en la cabeza. La víctima, de 68 años, era la presidenta de la comunidad de vecinos del número 64 de la madrileña calle Oca, donde residía la mujer detenida.
La investigada fue incinerando los restos mortales por partes en un vertedero próximo a su pueblo y acudió varias veces a una gasolinera, siendo sorprendida por los agentes de la Policía Nacional.
Antes de ser arrestada, la mujer había estado buscando trabajo en la localidad toledana de Bargas para trabajar con mayores de dicho municipio. La detenida por el asesinato se postuló para trabajar en una residencia de ancianos dos días después del crimen y horas antes de ser arrestada.