Reyes Maroto, candidata del PSOE a la Alcaldía de Madrid en las elecciones del 28M, es una de las caras más destacadas del proceso electoral que acabamos de dejar atrás en la capital madrileña.
Vallisoletana, licenciada en Ciencias Económicas y profesora universitaria, ostentaba el cargo de ministra de Industria, Turismo y Comercio cuando fue elegida para encabezar la lista electoral socialista para el Ayuntamiento de Madrid. Aunque hasta casi hasta el último momento mantuvo su cargo en el Ministerio, el PSOE logró el 28M once concejales para el mandato que comienza este próximo sábado, experimentando el primer crecimiento del PSOE en número de representantes de los últimos veinte años.
La «paracaidista» quedó la noche del 28M rozando el liderazgo de la oposición frente un Más Madrid que se desplomó hasta los 12 ediles en el Palacio de Cibeles.

Hace siete meses la incógnita del PSOE en Madrid se despejaba dando a conocer lo que ya era un secreto a voces: Reyes Maroto era la designada para revitalizar un partido en caída libre, una formación sin resultados positivos en la capital desde 2003 y al que Ahora Madrid le había arrebatado el liderazgo en la izquierda en 2015.
Con la llegada de Maroto se planteaba un cambio de estrategia en Madrid capital y se apostaba por un proyecto de continuidad. El PSOE bajo el mandato de Juan Lobato, Secretario General de los socialistas madrileños, buscaba a una persona que fuese a dedicarse a la política local al menos 10 años y no se repitiera de nuevo el abandono del portavoz del PSOE a mitad de mandato.
Sosiego frente a la crispación
En la lista electoral que acompañó a Maroto el 28M repetían solo tres de los diez principales puestos del PSOE en los anteriores comicios. Junto a ellos, entraron cargos intermedios del Gobierno, como la exsecretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo; la de Industrias Culturales, Adriana Moscoso; o Servicios Sociales, Ana Lima.
Durante toda la campaña electoral y en la celebración del debate que se desarrolló con los candidatos a la Alcaldía, Maroto mostró un perfil «alejado de la crispación», sosegado y centrado en trasladar sensatez y proyecto político. Aún así, la portavoz socialista fue identificada, especialmente por el PP y Cs, como la «candidata de Pedro Sánchez», lo que la volvió diana de sus críticas en varios temas nacionales que se colaron en la campaña, como la incorporación de condenados de ETA en la lista de Bildu.

La portavoz socialista mantuvo durante este tiempo su objetivo de mostrar un perfil de «gestora» con el que contraponerse al resto de izquierdas a las que a lo largo de la campaña acusó de ofrecer «propaganda».
Después de dejar el Ministerio, Maroto se lanzó a una campaña discreta, centrada en la proximidad y los «mítines de barrio», pequeños encuentros en los que fue explicando sus propuestas para cada distrito, casi siempre con escasos asistentes.
Fin a 20 años de desplome
Tras una campaña centrada en la serenidad, los socialistas consiguieron mejorar resultados en estos comicios por primera vez en 20 años tras dos décadas de caídas consecutivas. El PSOE pasó de los ocho concejales logrados con Pepu Hernández en 2019 a los once de Maroto.
El Partido Socialista queda, así, a un concejal del empate con Más Madrid, que mantiene a Rita Maestre como jefa de la oposición, y sube a la tercera posición de partidos con representación en el Pleno madrileño tras la desaparición de Cs, tercera fuerza política en el último mandato.
En la legislatura que arranca el sábado, la exministra estará respaldada por Soledad Murillo, Enma López, Pedro Barrero, Enrique Rico, Adriana Moscoso, Daniel Viondi, Ana Lima Fernández, Antonio Giraldo, Emilia Martínez e Ignacio Benito.

Como hito electoral, el PSOE de Reyes Maroto se hizo en las elecciones con el segundo mayor número de votos, superando a Más Madrid, en seis distritos: Ciudad Lineal, Fuencarral-El Pardo, Moratalaz, Puente de Vallecas, San Blas-Canillejas y Villaverde. El primer puesto en todas las áreas madrileñas fue para el flamante ganador de las elecciones, José Luis Martínez-Almeida.
Estos resultados suponen para Maroto un «punto de inflexión» del partido en Madrid capital. Lamentó la candidata socialista durante la noche electoral que el cambio no hubiera sido posible, pero se mostró «satisfecha» del apoyo recibido por parte de 270.000 madrileños. «Supone un punto de inflexión que nos anima a seguir trabajando estos cuatro años en ese Madrid que queremos», garantizaba la representante del PSOE tras la noche electoral.
Sobre la nueva etapa que comienza el sábado en el Palacio de Cibeles, Maroto ya ha avanzado que hará una oposición «constructiva» pero «dura», ya que su objetivo el «solucionar los problemas de los madrileños», además de trabajar para recuperar la cabeza de la izquierda en Cibeles dentro de cuatro años.
En cuanto a su futuro al frente del Grupo Municipal Socialista a lo largo de la legislatura – rompiendo el encadenamiento de abandonos de los candidatos del PSOE en la capital- Maroto ha insistido en las últimas semanas en el aumento de representantes conseguidos por el partido y su tendencia creciente sin aclarar más.