La Policía Municipal de Madrid ha detenido al viajero de un Uber que llevaba 50 joyas ocultas en un calcetín enrollado, tal y como han informado esta mañana fuentes policiales.
Los agentes localizaron al individuo durante un control de seguridad que se realizó al Uber que le llevaba. Allí le encontraron las joyas, cuya procedencia es desconocida. El detenido tenía una orden de búsqueda, detención y personación por un delito de robo con fuerza en las cosas. El arresto se produjo el pasado 22 de enero en la calle Gran Vía de Hortaleza durante un control de seguridad de la Unidad de Refuerzo Nocturno.
Los agentes llevaron a cabo un control rutinario a un Uber y descubrieron que el viajero llevaba un bulto negro con un calcetín enrollado con joyas de procedencia desconocida en su interior.
El atraco a una joyería, a juicio
Precisamente durante estos últimos días se ha celebrado el juicio contra los acusados en otro caso en los que las joyas son las protagonistas.
El fiscal solicita 6 años de cárcel para los miembros de una presunta banda de atracadores que, mediante el método del butrón, asaltaron una joyería en 2017 y se hicieron con un botín equivalente a 613.139 euros. El grupo penetró en la zona del parking de la calle Ortega y Gasset número 55 de Madrid, donde efectuaron un butrón en la pared contigua que daba a una joyería sita en la misma vía.
Durante el juicio celebrado el pasado 19 de enero, la propietaria de la joyería relató que los ladrones destrozaron toda la tienda y se llevaron todo el género de los clientes, sin quedar ni una «medallita». «Llevas 30 años montando una joyería y te dejan sin nada, con el cielo y la tierra. Fundieron la puerta acorazada como mantequilla, de una forma perfecta. Lo tenían todo planificado«, declaró Ángeles entre lágrimas.
Para los investigadores, fueron clave las imágenes captadas por unas cámaras de seguridad ubicadas en un bar próximo. Las grabaciones no recogían los rostros de los ladrones, pero los agentes no dudaron en identificarles por su forma de andar y fisonomía.
Para los abogados de los acusados estás imágenes no tienen validez, por lo que solicitan la libre absolución de sus clientes al no existir prueba de cargo para enervar su presunción de inocencia.