El contundente 4-1 obtenido ante el Atalanta en el encuentro de presentación demuestra que el Getafe ha llegado a la hora de la verdad en un estado óptimo de forma

GETAFE / 11 AGOSTO 2019 / Y en el último partido de pretemporada, reapareció la versión del Getafe más reconocible. En el cierre de los test veraniegos y aprovechando que el rival que enfrentaba era de talla, el Getafe puso encima de la mesa sus mejores cartas y despachó a su rival con garra y efectividad.

En la pasada noche de sábado, se pudo ver un equipo que al fin dio muestras de estar preparado para la competición seria. Desde los primeros minutos de partido supo trabajar en colectivo una presión a campo completo que forzó los errores del rival, obteniendo así situaciones de gol inmediatas, en las que en apenas un par de pases lograba finalizar jugadas.

Mata fue el jugador que se encontró con varias de las mejores opciones de gol de todo el choque, pero no tuvo fortuna de cara a portería. Si pudo Arambarri abrir el marcador en el primer tiempo aprovechando el obstinado empeño de Cucurella por amargar la tarde a su defensor, Tolói, que cedía con poca fuerza a su portero y el interior azulón interceptaba el pase para ceder a placer al uruguayo, que solo tenía que fusilar a portería desde el punto de penalti.

Demoledores en la estrategia

En la otra materia del juego en la que el Getafe estuvo sobresaliente fue en el balón parado. En la primera parte avisaba Djené de cabeza, pero en la segunda los rematadores azulones no perdonaron. Bergara hacía el 2-0 cabeceando en primer palo una falta lateral. Más tarde, Olivera desactivaba la reacción de los de Bérgamo, que recortaron distancias de penalti, cruzando de cabeza el centro dirigido desde el córner. El artífice de sendos saques sería Fajr, que demostró tener calibrado al milímetro el golpeo de rosca.

Para poner la guinda al triunfo, en una transición ofensiva Ángel quedaba en mano a mano a Sportiello y no fallaba, colocando el 4-1 justo antes del pitido final. Con esta victoria el Getafe cierra un mes de preparación en una curva de progreso de menos a más que se ha pronunciado en el momento adecuado, cuando toca afrontar lo valioso.

Tampoco se puede asumir que esta victoria haya dado un giro vertiginoso a la confianza del grupo, que siempre ha asegurado en declaraciones en prensa dar una mayor importancia al trabajo de preparación que a unos resultados que, en periodo de pruebas, desvirtúan el nivel real de un equipo. Habrá que ver en siete días, cuando los resultados comiencen a tener consecuencias, si la rotunda goleada de anoche fue un espejismo.

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