Getafe y Valladolid protagonizaron en el Coliseum Alfonso Pérez un encuentro soporífero, horrible, frío y casi sin ocasiones que finalizó con un empate sin goles.
GETAFE / 3 FEBRERO 2014 / Madrileños y vallisoletanos saltaron al campo envueltos en una nebulosa de problemas que han dejado a ambas escuadras en la zona baja de la tabla. Los hombres de Juan Ignacio Martínez iniciaron el duelo en puestos de descenso, con dificultades para hilvanar buenos resultados con los que asomar la cabeza hacia zonas menos peligrosas. Mientras, la escuadra de Luis García sumaba seis encuentros consecutivos sin conocer la victoria. El técnico madrileño se encontraba a un solo encuentro de igualar su marca de siete sin ganar en la entidad que preside Ángel Torres.
Su fútbol, irregular y de rachas buena y malas, había evolucionado hacia una situación complicada para un club que hasta hace poco era sexto y soñaba con Europa. En la primera parte, las ocasiones brillaron por su ausencia, para desesperación del escaso público que acudió a las gradas del Alfonso Pérez. El primer disparo a portería para el Getafe lo hizo Pedro León en el minuto 45, cuando lanzó una falta que atrapó con facilidad Mariño. Antes, la ocasión más clara la tuvo Borja Fernández, que desde el centro del campo fue a dar un pase que casi acaba dentro de la portería pucelana. El portero del Valladolid midió mal el bote, el balón pasó le por encima y salió rozando su palo izquierdo. Esas fueron las noticias del Getafe en los 45 minutos iniciales. Nadie era capaz de encadenar más de tres pases seguidos con sentido. El balonazo fue el recurso continuo en ambos equipos, sobre todo en el Getafe, que parecía despreciar el poder de la posesión. Apenas una opción del Valladolid, con un taconazo de Javi Guerra que se marchó cerca del poste derecho de Moyá, crearon inquietud entre un público que deseaba el final cuanto antes. Contestó Diego Castro en el minuto 90 con un trallazo al poste que podía haber dado tres puntos al menos malo.
DAVID MIRANDA