Santo Domingo quiere volver a la tranquilidad
Las aguas bajan un poco más calmadas en Santo Domingo, la victoria de la Agrupación Deportiva Alcorcón la pasada semana ha servido para bálsamo para un equipo poco acostumbrado, por suerte, a las crisis.
ALCORCÓN/24NOV/FÚTBOL _ Atrás quedan seis jornadas de sin sabores, malas sensaciones y, sobre todo sequía. Porque si algo preocupaba a la familia amarilla era la alarmante falta de puntería que padeció el equipo durante todo el mes de octubre y medio mes de noviembre, permaneciendo nada menos que 617 minutos sin disfrutar del placer fundamental del deporte rey: el gol. El triunfo ha servido también para que el míster, Miguel Álvarez, tome un poco de aire y gane confianza frente a un respetable que no las tenía todas consigo, y que ya manifestó su disconformidad con el técnico de Guarromán en el último duelo liguero disputado en el feudo amarillo. Ahora, frente al Real Murcia, próximo rival que desembarcará en Santo Domingo este domingo a las 17.00 horas, toca volver a ser una sola voz y animar a este Alcorcón. Toca mantener la tranquilidad y trabajar para ser el equipo que en el arranque de campeonato llenó de optimismo e ilusión a la parroquia alfarera con sus grandes resultados y mejores sensaciones.
Pero no será fácil, como no lo es ningún partido para ningún equipo en la Liga Adelante. Enfrente tendrá a uno de los huesos de la categoría, el Real Murcia. Pese a que los rojillos no atraviesan su mejor momento de forma, –acumulan cinco jornadas sin conocer la victoria, sumando únicamente cuatro de los últimos 15 puntos que ha disputado- esperan hacer buenos sus dos últimos empates obteniendo la victoria en Santo Domingo, donde los tres últimos visitantes han conseguido obtener algún botín en uno de los feudos antaño considerados como inexpugnables de la categoría, que les permita no descolgarse de los puestos de promoción de ascenso a Primera. Los hombres de Julio Vázquez marchan novenos con 21 puntos en su casillero, el último de ellos obtenido frente al Sporting de Gijón en la Nueva Condomina.
DAVID MIRANDA