La alcaldesa de Rivas, Aída Castillejo (IU), ha intervenido este jueves en el VI Encuentro de Ciudades, para presentar la apuesta de la ciudad por seguir liderando la movilidad sostenible a través de la aplicación de la reducción a 30 km/h en todas las áreas urbanas, una iniciativa avalada por la DGT, uno de los organizadores del encuentro.
La regidora ripense ha coincidido en este foro, organizado este año en Valladolid por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), con el director de la DGT, Pere Navarro, a quien ha invitado a conocer la experiencia de esta reducción de la velocidad en Rivas, que ya abarca todo el municipio.
El nuevo Reglamento General de Circulación, modificado el pasado mes de mayo, ya reducía a 30 km / h la velocidad en calles de un único carril por sentido, pero desde el Gobierno ripense se ha decicido extender ese límite a todas las áreas urbanas de la localidad.
Según la propia DGT, este nuevo límite “es una oportunidad para transformar nuestras calles, reducir el nivel de ruido, los accidentes, la contaminación y favorecer una convivencia segura entre todos: peatones, bicicletas, motocicletas, vehículos de cuatro ruedas, y los nuevos vehículos sostenibles que surgen en las ciudades”.
Esta decisión viene además avalada por Naciones Unidas (ONU), que tanto en su Declaración de Estocolmo, aprobada en 2020 por Gobiernos de todo el mundo, como en la Sexta Semana Mundial para la Seguridad Vial, celebrada el pasado mes de mayo, recomendaba la instauración de los 30 km / h en todas las áreas urbanas.
En opinión de la ONU, la limitación a 30 km / h en el conjunto de las áreas urbanas es “esencial” y “urgente”. Urgente, argumentan, por varias razones: porque salva vidas; para el medio ambiente, para la salud pública, para la equidad social y racial; para los derechos de las personas con discapacidad, para las personas mayores y para todas las personas vulnerables.
Zonas de Bajas Emisiones
Con la implantación de los 30 km / h en toda la ciudad, el Ayuntamiento de Rivas continúa dando forma a su apuesta «por una ciudad más amable, saludable, sostenible y segura».
Una idea que comenzó a tomar forma con la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones en los entornos escolares de todos los colegios de la ciudad (fue la primera ciudad española en hacerlo) o la construcción de más de veinte kilómetros de carriles bici, ya que, como asegura Naciones Unidas, esta limitación supone una “llave que abre un ciclo virtuoso de transporte activo con cero emisiones de carbono”.