Sobre el Debate sobre el Estado del Municipio, por Sonia Baños
GETAFE/ 14 JULIO 2016/ Estaba intrigada por saber cómo iba a ser el debate sobre el Estado del Municipio. Más que por lo que contaría el Gobierno, que tras las entrevistas que se han hecho, informes de balance y ruedas de prensas varias sabía que no iban a sorprenderme, sino por ver cómo se lo ha preparado la oposición. No sé, sinceramente, para qué quieren tantos días de estudio, informes y papeleo, porque no he escuchado nada distinto a otros plenos. Tan sólo la justificación de las mallas compradas en la época de Soler han llamado realmente mi atención. Tras varios meses dando guerra con este asunto ahora resulta que eran para dos hermanos que participaban en una competición nacional de lucha grecorromana. Y lo compra Gisa. Y lo dicen así tras meses de elucubraciones. Bien, puede valer.
Del resto no rescato nada. Para la oposición, el gobierno no hace nada bien. Para el gobierno, las cosas se están haciendo bien, reconociendo (aleluya) errores que han cometido. Fin del debate, cinco horas mediante.
Mientras, la participación de los consejos sectoriales, cuyos representantes se han preparado su intervención mucho mejor que algunos portavoces. Por lo menos mucho más que la de Juan Soler, que no ha intervenido pero que ha acudido una hora para justificar su asistencia y luego se ha ido al pleno de la Asamblea, a justificar su otra asistencia. Me indigna este asunto que dejaré para más adelante.
Siguiendo con los populares , Fernando Lázaro ha seguido con la línea de discurso que está realizando el PP: no se está haciendo nada, el pueblo está sucio, los jardines secos, no se están adjudicando obras y Getafe se va a pique. Ha cometido el fallo de insistir con el tema del coche oficial. Es cierto que Sara Hernández dijo en su día (concretamente en campaña) que no utilizaría el coche oficial y sí lo está usando para subir a Madrid a actos institucionales. Lo llama ‘coche de incidencias’. Es cierto que quizás, no tenía que haber asegurado con esa rotundidad que no lo haría, pero claro cuando el Partido Popular lo dice como un escándalo, le caen encima los 35.500 euros en gastos de transporte de Soler, los 251.000 euros en dietas y 471.000 euros en actos de protocolo. No quedan en buen lugar, desde luego.
Vanessa Lillo, de Ahora Getafe, es inalcanzable. Va soltando datos, conceptos, cifras a un ritmo vertiginoso casi imposible de asimilar y mucho menos de analizar. Como quien recita una canción a toda prisa, sin saber lo que está diciendo la letra. No he visto análisis, ninguno. No hay una reflexión sobre nada, ¿para qué solicitaban este pleno temático que luego parece no habérselo preparado? No ha aportado nada nuevo, menos mal que nos ha quitado el peso de encima de hacerlo en septiembre, porque para los que vemos durante 5 horas estos plenos es más una tortura que un espacio donde se debate y se aporta. Por cierto, ha dejado entrever que los representantes de los consejos sectoriales eran el ‘parapeto’ del gobierno. Cuando no conviene, la participación no gusta debe ser.
No entiendo bien lo que ha querido decir Mónica Cerdá, la nueva concejala no adscrita en sus intervenciones, pero me alegro de que esté para escuchar al ciudadano, como ha dicho. Para eso se presentó en unas listas y para ello va a cobrar cuando asista a los plenos. Qué menos que escuchar.
Y en cuanto a Mónica Cobo, de ciudadanos, ha intentado ir por el lado de la dinamización comercial e industrial, intentando hacer una crítica no muy agresiva y haciendo una aportación (otro aleluya) al proponer cheques de estímulos para pequeñas empresas y autonomos en automoción y compensaciones del IBI. Una propuesta en todo el debate. Que no se por qué se llama debate y no, monólogos políticos.
En definitiva, si las cosas no se trabajan no se puede hacer una crítica efectiva al gobierno. Cuatro fotos a un parque con papeles, decir que se pueden hacer las cosas mejor y poner faltas a todo puede valer en los plenos mensuales, pero en este Debate sobre el Estado del Municipio se esperaba un poco más de altura. Por mi parte, suspensos. A ver qué tal en septiembre.
