La mujer de Saturnino Cobo se pone en huelga de hambre para que su marido reciba el tratamiento contra la Hepatitis C
Belén lleva mucho tiempo pidiendo por todos los medios que se le administre a su marido, enfermo de Hepatitis C en fase terminal, un medicamento que ya está aprobado por el Ministerio de Sanidad a falta de “tramitar un papel” y “cansada de esperar” se ha puesto en huelga de hambre
GETAFE/ 17 NOVIEMBRE 2014/ La lucha de Saturnino Cobo ya viene de lejos, y Belén Martín, su mujer, dice que se ha cansado de esperar. Por eso, esta vecina del barrio Las Margaritas, ha decidido pasar a la acción y se ha puesto en huelga de hambre en la puesta del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), donde tratan a su marido, enfermo de Hepatitis C. “Estamos muertos de miedo, el virus le ha atacado a los riñones y el bazo, apenas tiene plaquetas, echa sangre en la orina y se despierta con la boca llena de coágulos”, explica Belén, que cuenta con el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C.
Saturnino tiene 47 años, padece una Hepatitis C en fase terminal y está en lista de espera para un tratamiento caro, alrededor de 60.000 euros, y efectivo (tiene una casa de curación del 90%), que incluye una sustancia llamada sofosbuvir, que el Ministerio de Sanidad ha estado negociando durante varios meses con el laboratorio que lo fabrica, Gilead, y cuya financiación pública fue aprobada el 1 de noviembre. El pasado 20 de octubre, a Saturnino se le calificó como ‘situación clínica urgente’, por lo que se aprobó el uso de agentes antivirales de nueva generación, en este caso el ya mencionado sofosbuvir y también daclatasvir, otro antiviral que aún no ha entrada en el sistema público pero que se puede conseguir por vía de ‘uso compasivo’.
Saturnino ha explicado a los medios que su enfermedad se encuentra en fase F4, que es ya el último grado, y si no recibe el tratamiento indicado en los próximos tres meses, su hígado se descompasará y necesitará un transplante de hígado para poder vivir. Desde el Ramón y Cajal han asegurado que el tratamiento “está concedido” pero que hace falta “tramitar un papel”.
Según ha explicado Belén, tomó la decisión de ponerse en huelga de hambre por “la indignación” que sintió al escuchar a la ministra de Sanidad, Ana Mato, decir que “los enfermos están tomando el medicamento con total normalidad y eso es mentira, yo miro a mi marido a los ojos y cada día lo veo más apagado”.
“Yo no sé si valdrá para algo lo que hago -ha concluido Belén con firmeza- porque con esta gente ya no te puedes fiar de nada, pero al menos el día de mañana podré mirar a los ojos a mi marido y decirle que he hecho todo lo que he podido y he luchado”.
Corresponsal / Arantxa Naranjo