El restaurante La Trasiega, de Getafe, ha sido galardonado de manera inesperada con un Sol de la Guía Repsol, un reconocimiento a siete años de buen hacer, de calidad en los productos de temporada y a una carta elaborada y tratada con mimo.

A los mandos se encuentra el chef Iván Castro, quien emprendió hace siete años la aventura en este local de Getafe Norte, a medio camino entre el Coliseum Alfonso Pérez, la Ciudad Deportiva del Getafe CF y el centro acuático de Forus.

El local permanece siempre lleno, sobre todo a la hora de la comida. Desde hace tiempo, el nombre se oye por los rincones del municipio, por una calidad que sorprende y que ahora ha ratificado la Guía Repsol con la concesión de uno de sus prestigiosos ‘Soles’ al trabajo de Castro.

La Trasiega
La Trasiega en Getafe Norte (Foto: D.G.C.)

«El secreto -relata el chef a Noticias para Municipios– es el respeto al producto». Tras esta afirmación se encuentra uno de los secretos del negocio: la calidad de la materia prima a base de producto de temporada. «Acaba de llegarme una remesa de repollo», explica al otro lado del teléfono.

Tampoco faltan frituras, arroces, churrasco de ternera ni clásicos como el guiso de callos a la madrileña, según expone la Guía Repsol. ‘La Trasiega’ destaca también por su bodega, con más de un centenar de referencias de vino, y por la versatilidad de contar con dos zonas diferenciadas (barra y comedor).

Por todo ello, Castro considera que el ‘Sol’ es un «reconocimiento al trabajo del día a día de estos siete años, de cuidar a los clientes y de servir, por ejemplo, en un vajilla personalizada», esgrime el emprendedor. En cuanto a la carta, las especialidades en verduras, caza y la cuchara del día se compaginan con un menú degustación con ocho pases de comida y dos postres. Hay opciones para todos los paladares.

La Trasiega
Una de los platos de la carta de La Trasiega (Imagen: Guía Respsol)

Cercanía al cliente

Además, el hecho de que el local no sea excesivamente grande permite cultivar otra virtud: la cercanía al cliente. «Creo que es una manera de cuidar las cosas: que el camarero, por ejemplo, se acuerde de tu nombre», defiende.

El salón comedor apenas alcanza los 40 metros cuadrados, lo que da para unas siete mesas y 26 cubiertos en total. De momento, Castro no quiere más.

Tanto es así que en sus planes de momento no está ampliar el negocio, menos aún con lo que está cayendo en la hostelería y la restauración. Por eso, asegura que mantendrá el mismo modelo: cercanía y calidad. «Antes prefiero calidad, que masificación», zanja.

DavidG.Castillejo

David G. Castillejo

Corresponsal de Noticias para Municipios, Europa Press en la zona Sur de Madrid

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.