Los servicios de Psiquiatría y Anestesia (Unidad del Dolor) del Hospital Universitario de Getafe cuentan con grupos de apoyo de pacientes para el manejo del dolor crónico mediante terapia grupal psicológica, donde se aplican técnicas específicas dirigidas
a mejorar la calidad de vida.
El dolor es el síntoma que más aparece, tanto como principal como añadido, en las consultas médicas y la evidencia acumulada muestra que el dolor crónico se puede considerar «un problema de salud pública», según fuentes hospitalarias.
En España las encuestas estiman una prevalencia de entre el 15 y el 25% en adultos y como malestar que se perpetúa en el tiempo conlleva múltiples cambios en la salud y estilo de vida de los pacientes, lo que requiere de un abordaje biopsicosocial por parte del Sistema Nacional de Salud.
En esta línea, el Hospital Universitario de Getafe cuenta desde 2009 con grupos de apoyo de pacientes para el manejo psicológico del dolor crónico que realizan un total de 9 sesiones de hora y media de duración en grupos de 10-12 personas.
El perfil más habitual de paciente en estos grupos es el de una mujer con diagnóstico de fibromialgia y mediana edad. Desde la puesta en marcha de los grupos de apoyo, se ha tratado a más de 300 pacientes mediante esta terapia psicológica.

Aceptar el dolor
En la actualidad, los grupos se centran en la aceptación del dolor y la búsqueda de compromiso con los valores vitales. Además, fomentan una actitud más activa y utilizan como motor principal técnicas de mindfulness, autocompasión y metáforas para favorecer la reflexión.
«Se trata de generar una relación diferente con las sensaciones de dolor, sin juzgarlo ni evitarlo que permita a los pacientes continuar construyendo una vida valiosa en la que su patología no sea determinante», han señalado desde el Hospital getafeño.
Las mismas fuentes han informado de que los resultados sobre la efectividad de esta intervención indican una elevada satisfacción con la dinámica grupal, mejoría en las repercusiones emocionales derivadas del dolor, aumento del índice de calidad de vida y una expectativa sobre el dolor menos incapacitante cara al futuro.